08 mayo 2012
‘Los Vengadores’: en busca del guion perdido
por JOAN PAU INAREJOS
Nota: 4
Lo más humillante para un superhéroe es aburrir. No hay nada
tan lastimoso como ver a un salvador del mundo, enfundado en su traje elástico,
rematando la función sin haber entretenido al personal. Llevar capa es mucha
responsabilidad. Y arrastrarla, un
pecado. Mandamientos aún más preceptivos cuando se trataba del anunciado dream team de la Marvel, una coalición
galáctica entre el Capitán América, Hulk, Iron Man, Thor y la Viuda
Negra, unidos contra un dictador marciano. El cartel ya olía a palomitas.
Pero el paisaje tras la batalla es desolador. Entre las
ruinas de estos ciento cuarenta minutos (ojalá Angela Merkel tuviera
competencias en Hollywood para recortar metrajes) sólo se mantiene en pie el
gran Robert Downey Junior. Nuestro Iron Man, gozosamente golfo y viperino, metálico
álter ego de Sherlock Holmes, parece el único portador de vida inteligente. El
resto son figurantes de un guion que quiere estar en misa y repicando, pues pretende ser un vibrante macroespectáculo a la vez que una divertida autoparodia y no consigue ninguna de las dos cosas. Un fracaso talla XXL.
Algunos andan con cara de tontos, como Chris Evans (Capitán
América) o el inefable Chris Hemsworth (Thor), que parecen salidos de una
fiesta de disfraces en un centro de culturismo -no confundir con centro
cultural- con barra libre de anabolizantes. Otros, como Jeremy Rehner o el
bueno de Samuel L. Jackson (ay) se han dejado secuestrar por guionistas con
mentes de destrucción masiva. A Scarlett Johansson (Viuda Negra), ya
pueden ponerle todo el maquillaje dramático que quieran, que aquí es puro mobiliario
sexual. Y Mark Ruffalo (la Masa) apenas pone el punto entrañable con sus
mamporros a destiempo.
Si nos tienen que salvar Los Aburridores de Joss Whedon, casi
mejor que se acabe el mundo. Igual será más divertido.
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