10 abril 2009

Judíos buenos y malos

SLAVOW ZIZEK

No se trata de defender el "buen" judaísmo dialogante frente al vengativo Jehová; hay que afirmar la identidad contradictoria entre ambos

Del mismo modo que la distinción entre "buen" Islam y "mal" terrorismo islámico es falsa, también se debe considerar problemática la típica distinción "radical-liberal" entre los judíos y el Estado de Israel o el sionismo: esto es, el esfuerzo por abrir un espacio en el que los judíos y los ciudadanos judíos de Israel puedan criticar la política del Estado de Israel y la ideología sionista no sólo sin ser acusados de antisemitismo, sino, lo que es más, formulando su crítica sobre la base de un apasionado apego por lo judío, por lo que creen que merece salvarse del legado judío.

Sin embargo ¿esto es suficiente? Marx dijo del pequeño burgués que este ve en todo objeto dos aspectos, uno malo y uno bueno, y que trata de quedarse con el bueno y luchar contra el malo. Se debería evitar ese error al tratar con el judaísmo: el "buen" judaísmo de Levinas de la justicia, el respeto por el otro y la responsabilidad hacia él, etcétera, frente a la "mala" tradición de Jehová, con Sus ataques de venganza y violencia genocida contra los pueblos vecinos. Esta es la ilusión que hay que evitar: habría que afirmar una "identidad especulativa" hegeliana entre estos dos aspectos y ver en Jehová el apoyo hacia la justicia y la responsabilidad. El judaísmo es, como tal, el momento de la insoportable contradicción absoluta: lo mismo, coincidente y simultáneamente incompatible. Resumiendo, es necesario tener el valor de trasladar la separación, la tensión, al centro mismo del judaísmo: ya no es cuestión de defender la tradición judía pura de la justicia y el amor por el vecino frente a la agresiva afirmación sionista del Estado-nación.


SLAVOJ ZIZEK, 'IRAK. LA TETERA PRESTADA' (2004)


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