26 abril 2012

El café nos salvará


Joan Pau Inarejos
 El conseller de Empresa recomienda “ir a servir cafés a Londres” para ganar fluidez en inglés: ¿por qué no se lo recomendaron a Aznar y a Zapatero?

Que los españoles tienen un punto flaco en los idiomas no es precisamente el tercer secreto de Fátima. Desde que el sol sale por Antequera, el celtíbero medio prefiere callar antes que vacilar, y, hasta hace poco, Castilla era demasiado ancha para tener que entender otras lenguas. Tampoco las periféricas, claro (lenguas “artificiales”, como diría el ministro de verbo más nasal, Cristóbal Montoro).

En la lista de propósitos personales, cada año se repite lo mismo, como un ajo pertinaz. Una regurgitación incómoda. Idiomas. Idiomas. Tengo que aprender idiomas. Para colmo, antes nos bastaba con el inglés, apacible y negociable al fin y al cabo, pero ahora el matriarcado teutón de Angela Merkel nos quiere poner en fila para declinar en la lengua de Lutero.

En estas estamos cuando, en Catalunya, el conseller de Empresa i Ocupació, Francesc Xavier Mena, nos recomienda ir a servir cafés a Londres… para ganar fluidez en inglés. Vaya por God. Por lo visto, el mundo de los espressos, cortados y torrefactos es el terreno ideal para correr campo en el vocabulario y la fonética. Sería muy estimulante hilvanar conversaciones con el poder vivificador de la cafeína, si no fuera por el amargo retrogusto que deja este discurso. Españoles, olvidaos de vuestra formación. La universidad ha muerto. Hágame caso, joven, no se meta en aspiraciones profesionales, por tunear la frase estrella de Franco sobre la política. Póngase la pajarita, sonría y empiece a musitar: What would you like to drink?

Muy duro. Antes aprendíamos frases para llamar al camarero en Londres; ahora hay que aprender frases para atender al cliente de Londres cuando nos llama a nosotros. Sólo una objeción: ¿por qué nadie recomendó a José María Aznar o a José Luis Rodríguez Zapatero que fueran a servir cafés a la City? Tony Blair y Gordon Brown habrían sido magníficos anfitriones. Y mientras meditamos la respuesta, en la radio suena la banda sonora de la resignación: “Me gusta entender la música, por eso escucho Cadena Dial: sólo canciones en español”.

1 comentario:

Glòria dijo...

molt bo Pau !