16 abril 2012
El Caballero del Verde Gabán
Enric Juliana
Modesta España. Paisaje después de la austeridad (2012)
Cuatrocientos años después, el Caballero del Verde Gabán
vuelve a cruzarse en el camino del hidalgo español, cabizbajo y desorientado
tras su súbita e imprevista derrota –en mala lid- ante el Caballero de la
Burbuja Inmobiliaria. Don Diego de Miranda, la España burguesa y prudente que
no pudo ser, porque pronto se transformó en oligarquía, observa con un punto de
ironía al deprimido hidalgo y le pregunta:
-
¿Adónde va vuesa merced?
-
A la modestia, responde el hidalgo.
La sola mención de la modestia pone en tensión el carácter
español. Mala señal: derrota, encogimiento, pobreza de espíritu, ausencia de
ambición, declive… La modestia, sin embargo, es un asunto universal (…). El
filósofo francés Vladimir Jankélévitch, intelectual judío de origen ruso que
consiguió escapar de la persecución antisemita, define así la modestia en su ‘Traité
des vertus’ (1949): “Lejos del alfa y omega, el hombre vive, piensa y sufre en
la zona claroscura de la semiconsciencia y de la voluntad mezclada. La modestia
es el buen uso de esa impureza, que nos mantiene a media distancia de los
extremos y nos preserva de los delirios de grandeza y de la neurosis de la
pequeñez, de la megalomanía y de la micromanía, o sea, de todo frenesí purista”
(…).
La modestia es movimiento, dice el filósofo. Movimiento en
el interior del movimiento. Mobilis in mobili. Acción política por tanto. En un
momento en que el poder nos pide humildad y arrepentimiento por los excesos
cometidos, la modestia sería un buen programa moral frente al cinismo
dominante, según el cual, los excesos de unos cuantos –mejor dicho, los excesos
compartidos en distinto grado por un amplio espectro social- se convierten en
el exceso de todos y exigen la penitencia de todos. Humillación y penitencia de
los de abajo porque, desde siempre, suyo es el lugar más cercano al altar de
los sacrificios y de la expiación. Lejos de la radicalidad retórica que en
estos tiempos confusos mucho agita y nada mueve, la modestia propondría un
pacto a los de arriba mientras vamos averiguando hacia dónde vamos. Yo me
sacrifico y tú me acompañas. Yo acepto la dureza de los nuevos tiempos, pero tú
no me humillas. Yo intento salir ordenadamente de la nave naufragada, esa
Concordia que la frivolidad ha arrimado peligrosamente a los escollos y tú,
capitán, Francesco Schettino, no te escaqueas.
El Caballero del Verde Gabán, un personaje político.
Enric Juliana
Modesta España. Paisaje después de la austeridad (2012)
Foto: Sancho besa los pies al
Caballero del Verde Gabán, Biblioteca de Catalunya
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