17 enero 2012
‘Drive’: buen thriller para dormir
por JOAN PAU INAREJOS
Nota: 5,5
Confirmado: soy un espectador con déficit de atención. Sólo
así puede entenderse que me haya aburrido hasta el extremo del coma cinetílico (variante de la
narcolepsia que sobreviene en las salas de cine) viendo una película
presuntamente tan buena y electrizante, tan acreditada en los salones de la
opinión publicada y avalada por las agencias de rating de la crítica como ‘Drive’, de Nicolas Winding.
Lo peor es cuando prometen. Enseñan la puntita y te imaginas
todo un mundo de entretenimiento vibrante en los siguientes 100 minutos de tu
vida. Por ejemplo, en el caso de este thriller negro, el conductor protagonista a quien da
vida Ryan Gosling (el inolvidable judío-nazi atormentado de ‘El creyente’) se
marca un prólogo de aúpa, huyendo de la policía con pericia torera hasta
camuflarse entre el gentío como el más curtido de los chóferes de la mafia.
Pero a partir de aquí, parece que alguien saca una aguja y
revienta el globo: la acción se torna fláccida y parsimoniosa. Asistimos con
desgana al idilio del joven criminal con su nueva y cándida vecina rubia (Carey
Mulligan), a quien deberá ocultar –canon obliga- su verdadera identidad
facinerosa, mientras los clanes mafiosos urden conspiraciones en la oscuridad
de la noche y se nos avecinan brotes violentos al más salvaje estilo Tarantino.
Vale, con un flexo en la cara estoy dispuesto a reconocer
que es una buena película. Pero por favor, que nunca me obliguen a verla una
segunda vez (si no me suministran antes un chute de Red Bull en vena).
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