30 julio 2011

Carta al Club de los 27

Por JOAN PAU INAREJOS

No son las canas incipientes. Desengañémonos. Tampoco son las ojeras, ni la consabida curva de la felicidad (brillante obra maestra del arte del eufemismo), ni la mayor dificultad para concatenar cervezas a altas horas de la madrugada, ni la excursión sin marcha atrás al mundo de las responsabilidades, ni las renuncias, ni la promiscuidad con el paro o con la rutina laboral, ni la pareja estable, ni la anatomía inestable, ni el debut en la siempre peligrosa contratación de productos financieros y/o inmobiliarios. No, amigos, no es la añoranza de las vacaciones ilimitadas, no son los primeros estremecimientos al comparar fotos, ni el impensado despertar de los instintos paternales (¿yo?), ni quedarse solo tarareando aquella canción del año de las olimpiadas.

La verdadera señal de alarma no eres tú, son los demás: los futbolistas que ya son más jóvenes que tú, los cantantes que ya son más jóvenes que tú, los actores que ya son más jóvenes que tú, y que tienen -habráse visto- el santo atrevimiento de pasarte por los morros su lozanía y su repelente condición de "nuevas promesas" o "personajes revelación". Irrumpe entonces una pregunta terrible, que debe formularse a oscuras o bien a la luz de un crepúsculo, modalidad Lo que el viento se llevó: ¿Yo ya he sido revelación? ¿Quizá uno se revela sin mayores sobresaltos y no había para tanto jaleo? ¿Acaso soy ya una promesa cumplida? ¿Desde cuándo? ¿A lo mejor fue el otoño pasado? No tardaremos en pasar a la casilla de maduros interesantes, pero mientras tanto, como decía Serrat, ¿quién clarifica nuestros derechos?

Hombre, antes había algunas certidumbres. Por ejemplo, que las estrellas de la música supuestamente derruidas por la mala vida y las drogas siempre pertenecían a quintas anteriores, a generaciones perdidas y decadentes que nunca alcanzaríamos. Hoy vemos las flores y obituarios para la malograda Amy Winehouse, alguien que podría haber ido a nuestra clase.

Joan Pau Inarejos (nacido el 1 de noviembre de 1983)
Foto: Reuters

2 comentarios:

Luimneach dijo...

En las vacaciones sonó el Zombie de The Cranberries por la radio y una chica (inglesa con suficiente edad para irse sola a Suramérica) se superemocionó porque "esa es la canción que cantaba Carlo anoche", pero ella no tenía ni idea de que canción era, y, aunque la había escuchado antes (seguro), no la reconocía como el megaéxito mundial que fue allá por 1994.

Síntesis: mi grupo preferido no lo (re)conocen personas que tienen edad para viajar solas por el mundo.

P.D.: Yo he llegado a 28!!!!

Joan Pau Inarejos dijo...

Lo veis? No estoy loco! ;-)