13 julio 2011

'Beginners': calladitos están más guapos

Atención: la crítica contiene pequeños detalles del argumento

LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
por JOAN PAU INAREJOS
Nota: 7
No sé si es una buena noticia para el cine, pero de un tiempo a esta parte muchos pasajes mudos resultan bastante más interesantes que la mayoría de diálogos escritos en las terminales de Hollyood, de Europa o del tan lisonjeado cine indie (independiente). Quizá el ejemplo sea un poco extraterrestre, pero pienso en los primeros y maravillosos sesenta minutos de 'Wall-E' (Pixar), donde asistimos a la insólita historia de amor entre dos robots basada en el puro showing frente al telling (mostrar, no contar). Luego, desgraciadamente, las palabras lo echan todo a perder y el sutil encanto del relato, esa intimidad del espectador con la historia, se esfuma cual azucarillo.

Algo lejanamente parecido ocurre en 'Beginners', historia autobiográfica del director Mike Mills: no hay aquí androides animados, sino humanos de carne y hueso, con las simpáticas facciones de Ewan McGregor y Mélanie Laurent  (Oliver y Anna), dos solitarios, dos inadaptados, elegantemente raros que lucen un irónico sentido del humor (como corresponde a los patrones del nuevo romanticismo indie, con ganas demasiado visibles de dar una réplica intelectual y alternativa a la comedia amorosa de toda la vida, y no citaré ejemplos por no agotar la memoria de Blogger).

Los susodichos donceles -él, hijo de un matrimonio sexualmente disfuncional y proclive a hablar con su perro; ella, una actriz perdida en el mundo y de progenitores no menos desastrosos- cruzarán sus vidas de manera casual, disfraces mediante, y en esta atípica pista de cortejos mutuos florece lo mejor de la cinta: sin palabras, literalmente sin voz, sin apenas recibir información el uno del otro, Oliver y Anna se irán embelesando el uno del otro, en un tráfago de encuentros y de notas escritas, de brevedades cómplices que demuestran cómo el enamoramiento puede vivir y colear sin el pesado dogma de la verbosidad y hasta sin sexo en la primera noche (todo lo cual fue magistralmente demostrado hace una década por 'Lost in translation').

Mientras dura este estado de ambigüedad nocturna, 'Beginners' atrapa y seduce, pero, como les pasó a Wall-E y Eva, enseguida vienen las explicaciones, los dramones y las autobiografías a subir la persiana, enseñar las bambalinas y sacarnos del dulce ensueño de los desconocidos. Cierto que al final todos los humanos acabamos siendo más vulgares de lo que parecemos a simple vista, pero ¿no estaba el cine  para hacernos volar por encima de nuestros pies? Afortunadamente, un ingenioso final retrocede al punto de partida y los beginners, o amantes debutantes, que diría Serrat, vuelven a la luz de las velas.

¿y tú qué opinas? deja aquí tus comentarios de cine


1 comentario:

Sara Roura dijo...

M'encanta com la descrius. La vam veure ahir i durant molta estona tens la sensació que res passa ni avança... però en acabar li vaig trobar el seu encant.