17 abril 2007

Animal subjuntivo

JOSÉ ANTONIO MARINA, ‘TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORA’, 1993

“El hombre inventa posibilidades: el modo subjuntivo y el condicional, los modos de la irrealidad”

La inteligencia nos permite conocer la realidad. Gracias a ella sabemos a qué atenernos y podemos ajustar nuestro comportamiento al medio. Cumple así una función adaptativa: nos permite vivir y ‘pervivir’. Las inteligencias animales hacen lo mismo, a su manera. Pero la humana lo hace de una forma extravagante. Se adapta al medio adaptando el medio a sus necesidades.

Parece que no disfruta con la tranquilidad, y que siempre pone el corazón más allá del horizonte, porque se plantea continuamente nuevas metas, que le producen incesantes equilibrios. Nuestros tatarantepasados se esforzaron en cubrir las necesidades básicas. Nuestros contemporáneos se esfuerzan por conseguir una marca de automóvil, casi con el mismo encarnizamiento. Una vida tan azacaneada procede también de la inteligencia, que realiza una desconcertante función: ‘inventa posibilidades’.

“Los animales tienen futuro: el hombre tiene por-venir”

No sólo conoce lo que las cosas son –lo cual da al hombre seguridad-, sino que descubre lo que pueden ser –lo cual le provoca una constante desazón-. Hablando en términos lingüísticos, inventa el modo indicativo y, además, el subjuntivo y el condicional: los modos de la irrealidad. Junto al fue, el es y el será, profiere el hubiera podido ser, el podría, el sería si.

A la percepción de lo existente se une el cortejo de lo que sobrevuela el tiempo: el arrepentimiento, la decepción, la esperanza, el proyecto, la anticipación, la amenaza. Se somete al tiempo -¡qué remedio!- y se rebela contra él, puesto que conoce el presente y el pasado –reinos de lo real-, pero pretende determinar el futuro –reino de lo posible-, para lo cual pro-mete pro-yecto, pre-viene, pro-duce. Los animales tienen futuro: el hombre tiene por-venir. Se anticipa a todo. El ser humano se seduce a sí mismo desde lejos.

JOSÉ ANTONIO MARINA, ‘TEORÍA DE LA INTELIGENCIA CREADORA’, 1993


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