22 enero 2013
'Django': Tarantino campando a sus anchas
per JOAN PAU INAREJOS
Nota: 8
Estados Unidos, 1860. Fría noche en un paraje del sur. El Dr.
King Schultz, un cazarrecompensas de origen alemán (Cristoph Waltz) compra a un
esclavo negro (Jamie Foxx) para encargarle que mate a unos individuos. Tras el
trabajo sucio, será libre. He aquí una ingeniosa vuelta de tuerca al canon del western/spaghetti-western: el esclavo ascenderá a cowboy. Más aún: acabará siendo el
mejor y más temible de todos ellos, con el cargamento subversivo que supone su
color de piel en un mundo tan inequívocamente WASP (white anglo-saxon protestant). Tras los vaqueros homosexuales -‘Brokeback
Mountain’- y ahora los afroamericanos, se diría que Hollywood está empeñado en
convertir las praderas de John Wayne en una convención del Partido Demócrata.
Sin embargo, nada de esto parece preocupar demasiado a
Tarantino. ‘Django desencadenado’ no es precisamente un alegato antirracista,
más bien una celebración posmoderna de la negritud como icono rompedor, percha de
glamur y modernidad (esos fotogramas de Django con la chaqueta ajustada y el kit cowboy son puro H&M). Un black power remasterizado desde las
agencias de publicidad del siglo XXI; 'desencadenado’, sí, pero de sus implicaciones
morales o reivindicativas y sin prejuicios contra los finales felices.
Como siempre, los avatares sociales e históricos no son más
que pretextos para que el de Tennessee dibuje sus cómics sensacionales con
gruesos rotuladores. Lo mejor y más interesante de Tarantino está nuevamente en
el puro lenguaje. En su dirección impecable y su humor negrísimo. En su
puesta en escena insultantemente excesiva y magistral (esos algodones
enrojeciendo con la sangre). En el ramillete de actores que cabalgan como Pedro
por su casa (¡qué grande ese Samuel L. Jackson socarrón y envejecido!). En su inconfundible
banda sonora, siempre con el botón a punto para subir el volumen. En los
arranques de violencia marca de la casa (los fans gozarán aquí de uno de los
mayores festines hemoglobínicos). Y todo como si no fuera con él, con la
chulería como permanente método de de trabajo. Con la seguridad de que el gran arte puede permitirse estas marcadas de paquete.
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1 comentario:
Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!
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