28 enero 2013
'Django': spaguetti western a la boloñesa
Jesús García Bueno
@jesusgbueno
En el país de Tarantino, los padres de la patria proclaman
ufanos: "In blood we trust!". La sangre, bien roja y densa, corre por Django:
unchained como vuelan los caballos por las praderas de Texas, una
tierra poblada por paletos blancos y desdentados y negros que se mueven entre
la sumision -¡qué impacto ver a uno de los suyos a lomos de un corcel!- y la
sed de venganza. La cinta vacía los revólveres al tiempo que
suministra descargas de adrenalina. Es un experimento cinematográfico de
los shoot'em up, esos videojuegos en los que solo hay que disparar y
disparar. A la que puede, Django (Jamie Foxx) no deja títere con cabeza.
Como Máximo en Gladiator, también Django pasa de
esclavo a señor, convertido en el cazarecompensas más rápido del Oeste, un
Lucky Luke afroamericano que conecta con la estética de los raperos negros más
malotes de la costa Este. Porque una cosa está clara: aunque el sufrimiento de
los esclavos se ilustra con toda su crudeza -el spaguetti western a la
boloñesa cocinado por Tarantino nos regala el descuartizamiento de un
hombre por dos perros de presa- Django no plantea ningún
dilema moral en relación con la esclavitud, aunque ridiculiza a sus defensores:
desde un hacendado fingidamente culto que se entretiene con las peleas de mandingos hasta
una horda de pueblerinos precursores del Ku Klux Klan que se enzarzan en una
hilarante discusión sobre la incomodidad de compaginar las capuchas con una
carga de caballería como Dios manda.
Su protagonista tampoco es un libertador del pueblo. Le
mueve el amor por su mujer, una esclava que fue acogida por una familia
alemana y que por ello habla la lengua de Goethe. Esa feliz circunstancia
nos enreda en una historia verosímil y traza una narración simple, pero
vibrante y efectiva. El doctor King Shultz, un cazarecompensas cultísimo, sutil
e irónico -aunque implacable con la pistola- convierte a Django en un nuevo
Sigfrido, el héroe germánico que debe superar las adversidades para reunirse
con su amada.
Es de agradecer que Tarantino no olvide esos anhelos
universales, aunque alarga excesivamente el filme (¡tres horas!) y se
resiste a ponerle un punto y final. A fuerza de prepararnos para el habitual
baño de sangre -que nos redime de nuestros pecados y excita nuestros sentidos-
solo logra que la catarsis colectiva aparezca algo descafeinada. Es
cierto: no debí esperar de Django una segunda parte de Unglorious
bastards, que porfinezza y sentido del humor sigue un peldaño
por encima en el altar del libérrimo Tarantino.
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Jesús García Bueno
24 enero 2013
Corea Style
Joan
Pau Inarejos
En un interessant
i recent article, Victor Batallé (El Punt Avui,
17/1/2013) ha fet notar el paral·lelisme un pèl inquietant entre dues figures
aparentment tan distants com el raper PSY i el jove Kim Jong-un. El primer, ja
ho saben, és aquest músic d’abillaments llampants que ha fet la volta al món al
ritme de l’incombustible ‘Gangman Style’. El segon, el silenciós líder màxim de la dictadura socialista de Corea
del Nord. Dos prínceps amb reialmes tangents.
Hi una línia
invisible, fins i tot una vaga semblança física, entre aquests dos lloctinents
del young power a l’una i l’altra banda del teló
d’acer coreà. Rondanxons, de currículum dubtós, homòlegs generacionals, hereus
precoços de sengles emporis (la monarquia comunista/una gran companyia de
components electrònics). Víctimes o beneficiaris de l’era de la superexposició
mediàtica. Perfectes estereotips de l'orient que ens sona a xinès. “Una discreta frivolitat i un
claríssim surrealisme”, com diu Batallé tot descrivint les tendències
recurrents d’aquest reremón groc. Icones d’una certa deriva superficial del
món: ni els vells comunistes, ni per suposat les velles estrelles del pop, segurament
s’hi voldrien reconèixer.
Amb la rivalitat
de fons entre els EUA i la Xina, entre Orient i Occident, per ocupar
l’hegemonia mundial, hom podria pensar que PSY i Kim Jong-un són la conversió
de la Guerra Freda en un videojoc banal, una batalla incruenta amb soldats de
dibuixos animats que ja no saben per què combaten. En aquest sentit, resulta
descoratjador que ens obliguin a escollir entre l’hermetisme autoritari del
cabdill militar i la diarrea multimèdia d’aquest novíssim ambaixador del món lliure
amb seu a YouTube. El garrot o la caspa. El puny o el ball del cavallet.
Qui ho sap: potser el preu a pagar per ser una democràcia és conviure amb
friquis com PSY i la seva irrefrenable llibertat d’expressió. Op op. Oppan
Gangman Style.
23 enero 2013
‘Mátalos suavemente’ o cómo cualquier película debe ser un asesinato perfecto
LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LABUTACA
per JOAN PAU INAREJOS
Nota: 7
Matar una película no es cosa fácil. Se cuentan por multitudes
los directores que no saben concluir sus historias y divagan una y otra vez
sobre rodeos penúltimos. Tan importante como alumbrar un relato es saber
ejecutarlo a tiempo, quirúrgicamente, con limpieza. Que parezca un accidente.
Ese tiro de gracia es el que sabe disparar Andrew Dominik en su última película, fría incursión en el cine negro cuyo título precisamente evoca la
invitación de Roberta Flack a matar con suavidad. Inusual final hablado, seco y
ácido, casi un tuit que remacha el poder compositivo de la palabra.
Podríamos hablar de la atmósfera gélida y decadente de la película, del empaque de Brad Pitt -pese a su permanente sonrisa zen-, James Gandolfini -cuán asqueroso- o Richard Jenkins -gran reserva-. Podríamos hablar de las escenas preñadas de tensión, sin menoscabo de su sencillez (el atraco a la timba de póker) o de su tono a medio camino del realismo social y un tarantinismo que no desafina. O de sus ralentizaciones quizá innecesarias (la bala entrando por una mejilla, saliendo por la otra, etc).
Pero preferimos volver la mirada sobre ese final áspero y enérgico que hace honor a uno de los mandatos esenciales del medio. Si la
fotografía es encuadre, y por tanto un trabajo de exclusión de la realidad
espacial, el cine hace lo propio en el marco temporal y se debe al noble arte
de la elipsis. Saber retirarse a tiempo está en el decálogo de buenas maneras
de la gran pantalla.
Así que este redactor debería hacer lo mismo y terminar aquí.
22 enero 2013
'Django': Tarantino campando a sus anchas
per JOAN PAU INAREJOS
Nota: 8
Estados Unidos, 1860. Fría noche en un paraje del sur. El Dr.
King Schultz, un cazarrecompensas de origen alemán (Cristoph Waltz) compra a un
esclavo negro (Jamie Foxx) para encargarle que mate a unos individuos. Tras el
trabajo sucio, será libre. He aquí una ingeniosa vuelta de tuerca al canon del western/spaghetti-western: el esclavo ascenderá a cowboy. Más aún: acabará siendo el
mejor y más temible de todos ellos, con el cargamento subversivo que supone su
color de piel en un mundo tan inequívocamente WASP (white anglo-saxon protestant). Tras los vaqueros homosexuales -‘Brokeback
Mountain’- y ahora los afroamericanos, se diría que Hollywood está empeñado en
convertir las praderas de John Wayne en una convención del Partido Demócrata.
Sin embargo, nada de esto parece preocupar demasiado a
Tarantino. ‘Django desencadenado’ no es precisamente un alegato antirracista,
más bien una celebración posmoderna de la negritud como icono rompedor, percha de
glamur y modernidad (esos fotogramas de Django con la chaqueta ajustada y el kit cowboy son puro H&M). Un black power remasterizado desde las
agencias de publicidad del siglo XXI; 'desencadenado’, sí, pero de sus implicaciones
morales o reivindicativas y sin prejuicios contra los finales felices.
Como siempre, los avatares sociales e históricos no son más
que pretextos para que el de Tennessee dibuje sus cómics sensacionales con
gruesos rotuladores. Lo mejor y más interesante de Tarantino está nuevamente en
el puro lenguaje. En su dirección impecable y su humor negrísimo. En su
puesta en escena insultantemente excesiva y magistral (esos algodones
enrojeciendo con la sangre). En el ramillete de actores que cabalgan como Pedro
por su casa (¡qué grande ese Samuel L. Jackson socarrón y envejecido!). En su inconfundible
banda sonora, siempre con el botón a punto para subir el volumen. En los
arranques de violencia marca de la casa (los fans gozarán aquí de uno de los
mayores festines hemoglobínicos). Y todo como si no fuera con él, con la
chulería como permanente método de de trabajo. Con la seguridad de que el gran arte puede permitirse estas marcadas de paquete.
19 enero 2013
Releyendo a Camus
Albert
Camus
"Todo
está permitido", exclama Iván Karamazov [Dostoievsky] (…) no se trata
de un grito de liberación o de gozo, sino de una amarga constatación. La
certidumbre de un Dios que diera su sentido a la vida sobrepasa con mucho el
atractivo al poder impune de hacer el mal. La elección no sería difícil. Pero
no hay elección y entonces comienza la amargura.
Lo
absurdo no libera, ata.
Poinsettias
José Antonio Marina
Suplemento
‘Es’, La Vanguardia, 19/1/2013
Las flores de Pascua –las poinsettias- lucen con
intensidad su roja corola. No son flores, sino brácteas, es decir, la última
corona de hojas, que cambian de color cuando las noches son muy largas. Hubo un
tiempo en que me dedicaba a cultivarlas profesionalmente y, si quería que
florecieran en cualquier época del año, las cubría con un plástico negro a las
cinco de la tarde. De este modo ellas creían que era invierno y coloreaban. Una
tarde vino a verme el gran poeta Luis Felipe Vivanco y quedó tan impresionado
por esta operación que decidió escribir una “nana para que las poinsettias de
José Antonio se duerman y coloreen”.
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15 enero 2013
Envàs on vas: profecies de la Catalunya Persèpolis
Joan Pau Inarejos
Volia parlar
d’altres coses, però l’’Envàs on vas’ s'escola per totes les escletxes.
M’hauria agradat saludar l’hivern gèlid que per fi ha arribat al barri, però
les coristes del reciclatge no paren de ficar-se a la meva vida en cada
cartell, en cada pausa publicitària, en cada respir de l’Spotify d’una cançó a
l’altra. Encara que siguis de plàstic, si no ets envàs al groc no hi aniràs.
Encara que siguis de vidre etc etc. Amics meus, m’agradaria equivocar-me si dic
que ja tenim el nostre ‘Gangman Style’ nacional, amb el ball del cavall
transfigurat en un diàleg hamletià amb les escombraries. Però em temo que no. Les paròdies, les
taral·les dels nostres infants, no han fet sinó començar.
I ja sabeu que els
sociòlegs tenen una joguina que es diu efecte Bandwagon, el que podem traduir com la necessitat de pujar al “carro
guanyador”, o, si voleu, de no perdre el tren (cosa que els polítics practiquen
des de fa dècades amb l’alta velocitat) i deixar-se arrossegar de bon grat per
allò que s’està xerrant o coent. Aquesta síndrome m’ha atrapat i ara confesso
que necessito parlar, i si pot ser veure-li les gràcies a l’arxifamosa campanya
d’agit-prop dels envasos, per notar el caliu
d’aquesta gran àgora virtual que l’ha convertida en estendard i omnipresent
assumpte de sobretaula tuitaire. A fora hi fa fred i “a prop del foc per a
tothom hi ha lloc”, com cantava Serrat si no vaig errat.
Mantinc que el renoi
de campanya és un fiasco comunicatiu de la mida de la dessalinitzadora del
Prat, però m’avindré a negociar algunes coses. Per exemple, la seva il·limitada
capacitat d’inspirar derivades lingüístiques, estètiques i virals. En el món de
l’impacte enginyós, de la volada curta (i no ho dic per l’ocellet blau que
piula), a la mateixa civilització que ha transformat la frikada sud-coreana en
l’èxit més gran de la història de la música (Elvis, Lennon, si aixequéssiu el
cap!), en aquest gran circ universal, el número més llampant és el més eficaç.
Tant se val que les Mamzelles preguntin “Envàs on vas” quan l’objectiu és
preguntar-se pel destí dels esotèrics “no-envasos”: pel camí ja s’ha organitzat
un sarau paròdic formidable, un imparable joc del telèfon amb sense aturador, com hauria dit un
egregi ex alcalde del Cap i Casal.
Podríem fer de
vidents, treure la bola de vidre i augurar que la cantarella ‘Envàs on vas’
s’anirà mimetitzant sense problemes dins l'embullat ecosistema fabrià. Potser
no falta gaire perquè els parlants lexicalitzin l’expressió “On vas, envàs!” en
aquella mena de situacions on abans haurien dit “Para el carro, noi”, “On vas a
parar!” o l’entranyable “Vas bé, cirerer”. La cultura és allò que queda quan
tot s’ha oblidat, i, quan tinguem entre mans el ministeri de Medi Ambient de
l’estat català, ningú se’n recordarà d’aquells espots de l’antic règim que tant
ens van confondre. Caducarà el iogurt i en quedarà l’envàs.
Si em permeteu una
postdata, aquesta filera de contenidors, simpàticament arrengelerats
els uns rere els altres a l’anagrama oficial de la campanya, m’ha suggerit una
altra visió futurista, aquesta molt apta per als malsons de Josep Anglada: la
Catalunya del futur és un exèrcit de dones amb burca, perfectament distingides
per colors en un mosaic preciós que l’helicòpter de TV3 no s’estarà de filmar.
12 enero 2013
Flourishing
Joan Pau Inarejos
No aspiramos a la
felicidad (final, estática) sino al florecimiento (presente, dinámico).
Siempre certero y sugestivo, José Antonio Marina refiere un término inglés –flourishing, 'florecer' en el sentido figurado de 'prosperar', 'desarrollarse', tal como lo usa su colega Martin Seligman-, para designar el carácter procesual y
apasionado de nuestras motivaciones. Un anhelo de plenitud que recela de las
quietudes, de las perfecciones acabadas, y necesita el perpetuo sentimiento del
capullo desplegándose. No queremos el océano, sino el río, con su eterno acercarse sin llegar nunca
(Unamuno).
José Antonio Marina
Todos necesitamos
sentir que progresamos. Necesitamos estar satisfechos de nuestras metas. Nadie
quiere ser insignificante, ni insignificante ni estar empantanado, “¿esto es
todo lo que hay? ¿Voy a sentirme así siempre?” Tenemos una especie de vocación
de nobleza. Y tenemos que cuidar eso, esta aspiración a la grandeza. (…) Tienes
que cuidar la armonía, no puedes ser feliz sin tener ningún disfrute, pero
tampoco puedes serlo sin tener ninguna vinculación afectiva seria, o sin tener
algún tipo de aspiración. [Martin] Seligman en su último libro ya no habla de happiness,
habla de flourishing, que es una palabra que en español no suena
muy bien, sí en inglés. Lo importante es el despliegue de las posibilidades,
una tarea mucho más creativa.
10 enero 2013
No ho neguem pas
Joan
Pau Inarejos
El catalanoparlant,
en cert sentit, és un hereu de Sant Pere. L’apòstol pescador va negar tres
vegades Jesús, i l’usuari de l’idioma de Verdaguer, ja ho saben prou els
lingüistes, té una tendència empedreïda a repetir i redundar les negacions. Home! -s'exclamarà el nostre pertinaç compatriota-, no (1) fos pas (2) que no (3) quedés
prou clar el que dic i em fes entendre tant com no-res (4 i 5).
Aquesta llengua amb
què tu i jo, benvolgut lector, ens entenem i ens comuniquem, està impregnada
d'una actitud que darrerament s’anomena la cultura del no, i que
també podríem designar noisme si no semblés una apel·lació
incorrecta a les persones despullades (nues). Mentre el refumut geni negador de
l’idioma pervisqui entre nosaltres, rememorant el Rehab d'Amy Winehouse (No, no no), se li veu poc futur a
aquella República del Sí que profetitzava l'ERC d'Oriol Junqueras (per cert,
algú que no se sap si governa, o no és oposició, o ans al contrari).
Dic tot això perquè d'uns dies ençà que anem sentint les falques d’una nova campanya (informativa?) al
voltant del reciclatge, on tres noies -que limiten al nord amb l'Uma Thurman
de ‘Pulp fiction’ i al sud amb Las Virtudes- canten eslògans com el següent:
“Si no ets envàs / al groc no hi aniràs”. Podrien haver dit “al groc no hi vas
pas” i la fidelitat a l’esperit d’aquest poble seria plena... tanmateix, el
fraseig mana, i qui paga, encara mana més (també hi ha una dita de pagar i cantar sobre Sant Pere, però deixem en pau l’amo de les claus).
Res a dir, si no fos
perquè aquesta miraculosa multiplicació de les negacions aconsegueix posar el
cervell molt nerviós. Els qui hem estudiat a l’escola de claredat del
periodisme sabem que un No dins un text és un Alien, un virus
desinformador que provoca endarreriments i embussos a les autopistes de
l’enteniment. “Tot el que es pot dir, es pot dir clarament” (Wittgenstein) i,
com recorda el neurolingüista George Lakoff, demanar a algú que no pensi en un
elefant és la invitació més efectiva perquè ho faci. La negació és abstracta, i
nosaltres som de mena concrets. Tot això queda ben clar quan t’enxampen ficant la matèria orgànica al forat que no toca. Diràs que “no és el que sembla” i ella sabrà que, efectivament, sí, és el que sembla. No ho neguis.
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07 enero 2013
‘La noche más oscura’: Yes, we kill
per JOAN PAU INAREJOS
Nota: 7
La captura y ejecución de Bin Laden (2 de mayo de 2011) nos
brindan una nueva edad de oro para la cabalística. ¿Qué ocurrió realmente? ¿murió
o no? ¿cómo se llegó hasta él? ¿yace o no bajo el mar? ¿estaba ya muerto?, o incluso
(pausa de Iker Jiménez) ¿existió realmente un hombre saudí llamado Osama Bin
Laden? Se avecina todo un siglo de especulaciones despendoladas.
Para bien o para mal, el fundador de Al Qaeda ya está en el
baúl frikipédico de Kennedy, Elvis y
los astronautas lunares, sólo que esta vez ha ocurrido en pleno panóptico
de las nuevas tecnologías y, ¡oh sorpresa!, sin imágenes (por lo menos de la
muerte de Kennedy conservamos aquellos planos trémulos). Muy significativo que,
en los minutos anicónicos de los idus de mayo, el mundo voraz y regurgitante de las redes
sociales llenase el angustiante hueco con un fotomontaje efectista, donde un
avatar del líder terrorista nos miraba con las facciones
destrozadas.
Pero ahí está el cine, el Hollyood que aún infunde respeto,
cumpliendo su misión de séptimo de caballería cultural para acudir al galope en el presente episodio y sentar cuanto antes el canon audiovisual de aquellos acontecimientos ciegos
y mudos. Para proceder a tan jugoso atestado se presentó una escriba no menos
prometedora, la resuelta Kathryn Bigelow, la misma que acopló magistralmente el drama con
el cine bélico (‘En
tierra hostil’, desactivadores de explosivos en Irak) y que tenía más que
demostrado que lo femenino no quita lo sanguinario.
La Operación Gerónimo (qué
poco garbo liteario: ¿dónde estaban entonces los poetas de la Operación Libertad Duradera o Tormenta del Desierto?), aquella
incursión nocturna a la mansión pakistaní, resultaba quizá demasiado breve para
llenar los metrajes farónicos al uso, de modo que Bigelow rehuyó el apasionante
reto de filmar el puro relato de Abbotabad en tiempo real para contarnos los diez
años de sesudas indagaciones a la zaga del caudillo cobrizo. Resultado: dos películas en una.
Por suerte, la directora de 'Zero dark thirthy’ (las 00:30 en jerga militar, después traducido por noche oscura a la hispanomística manera)
tiene el buen gusto de pinchar la década a ritmo de thriller, con una dirección
de hierro, interpretaciones convicentes y excursiones resultonas a las ¿cloacas?
del Estado (una torturita por aquí, otra por allá, con decoro) que se trenzan
con los estallidos de violencia, en territorios colindantes con ‘Munich’
(Spielberg) o ‘Red de mentiras’ (Ridley Scott), junto a una interesante reivindicación
de la mujer como sombra eficiente y verdadera mano derecha ejecutora de tantos
hombres que se llevan la foto y los laureles.
Sorprendentemente, a todo el arsenal le falta la fuerza que
cabría esperar para un mito de este calibre, nada menos que el 11-S, nada menos
que el Gran Villano de la globalización. Por una vez, una gran victoria
americana se narra con contención, con un perfume patriótico firme y reposado,
a la medida de la CIA, como apunta certeramente Agus Morales –gran amigo y periodista que estuvo
allí- pero también muy al estilo de Barack Obama y su halo de líder progresista
que sabe dar un cachete (o un tiro en la frente) cuando es preciso.
04 enero 2013
LO MEJOR LEÍDO EN 2012
por
JOAN PAU INAREJOS
Confieso que soy un viajero frustrado
de la literatura. Quisiera leer muchas más novelas, y perderme en las odiseas
evasivas que nos brinda la narrativa, pero siempre termino quedándome en casa, esto es, en el
género ensayístico y filosófico, que no habla de las vidas de otros, sino de la
nuestra propia. Por eso, un año más mis libros de cabecera huelen a prensa, a
desvelos metafísicos, a tinta y a subrayados, a recortes de la actualidad y del
más allá. Robinson Crusoe, Anna Karenina, Madame Bovary: esperadme.
Enric
Juliana
Brillante ensayo que recupera el Quijote a la luz de la
actualidad política. Frente al radicalismo retórico del héroe manchego, Juliana
nos redescubre al modesto Caballero del Verde Gabán, posible guía para regir
las relaciones entre el poder y el pueblo en la España postburbuja: “Yo me
sacrifico y tú me acompañas. Yo acepto la dureza de los nuevos tiempos, pero tú
no me humillas. Yo intento salir (…) de esa Concordia que la
frivolidad ha arrimado peligrosamente a los escollos y tú, capitán, Francesco
Schettino, no te escaqueas”. LEER
FRAGMENTOS
2 El
libro del desasosiego
Fernando Pessoa
El poeta lisboeta hilvana su dietario más famoso con una larga
y fragmentaria descripción de sus soledades. Dos intuiciones lúcidas que surcan
sus páginas: la naturaleza se ama desde el mirador de la civilización (“Amo el
Tajo porque hay una gran ciudad a sus orillas”) y la rutina es un lecho
necesario para evadirse (“El ayudante de contabilidad puede soñarse emperador
romano; el Rey de Inglaterra está privado de ser otro rey del que es”). Viajar
después a Lisboa hace el Livro
particularmente inolvidable. LEER
FRAGMENTOS
3 El
hombre doliente
Viktor Frankl
El psiquiatra y pensador austríaco, contrapunto humanista del
psicoanálisis freudiano, postula la integridad de la persona tras la maraña de
la psique y sus mitologías. Cada vida es un milagro (“el padre no es progenitor
sino testigo”), una llamada a la responsabilización (“cuanto más se entregue el
médico a su labor, más obrará la providencia a través de él”) y un desafío al
pesimismo (“se habla del río de la vida, pero solo se considera la erosión y se
olvida la sedimentación: lo acontecido corre hacia la historia”). LEER
FRAGMENTOS
4 El año
de la revolución
Lluís Bassets
Magnífico y riguroso documental
literario sobre las primaveras árabes que han sacudido al mundo. Con la precisión
del historiador y la amenidad del periodista, Bassets nos invita a un viaje
cronólógico y otro geográfico para comprender toda la complejidad del mosaico
norteafricano, del Oriente Próximo y del submundo arábigo. Una lástima que los
acontecimientos posteriores hayan ensombrecido esta reivindicación de la
libertad sin fronteras, de la democracia que derriba muros físicos y culturales.
5 Antología
poética
Jorge
Luis Borges
Prosigo con mi aproximación al mundo hermético y barroco de
Borges, para entrar aquí de pleno en sus expansiones líricas. La poesía se antoja el medio más apto para el estilo borgiano y su querencia por las brevedades
densas.
03 enero 2013
Los sueños más curiosos de 2012
No cejo en mi empeño de escribir todos mis sueños, aunque su
materia prima sea tan tenue y escurridiza como el polvo de estrellas. Estas son
las historias más peculiares que me han ocurrido en la jurisdicción del
subconsciente a lo largo del pasado año.
1 Flores
mágicas, la hormiga y la estrella
2 El
baño de las brujas
3 El
visitante que siempre había estado allí
4 Saco
estrellas de mi cama
5 El
castillo flotante
6 La
fiesta de menopausia de la bruja
7 El
hombre mazapán
02 enero 2013
Mejor cine visto en 2012
Antología cinematográfica del año maya
por JOAN PAU INAREJOS
Libérrima
versión torera de Pablo Berger, velazqueña con un punto delirante, gozosamente
localista y solar, desenfadada y cariñosa en su viaje a la España de los años
20. LEER MÁS
2 MOONRISE
KINGDOM
Felizmente
indefinible, visualmente soberbia, ‘Moonrise kingdom’ nos traslada a la Nueva
Inglaterra de los años 60. Una love story aparentemente freaky y francamente
inolvidable. LEER MÁS
3 EL
IRLANDÉS
Cuajada
de mala leche, guiños autóctonos y raudales de humor negro, una mixtura de
Tarantino y Monthy Pyton tan amarga y refrescante como el mejor trago de
Guiness. LEER MÁS
4 SHERLOCK
HOLMES 2
Prosigue
el cruce feliz entre House, James Bond y el agente Hunt de Misión Imposible.
Brillante frivolidad, gozosamente sacrílega para con el pobre Conan Doyle. LEER MÁS
5 EL
ALUCINANTE MUNDO DE NORMAN
Lo que
empieza como cuento de terror se trenza con una jocosa comedia para asomarse al
diálogo de la infancia con la muerte y la humanización conmovedora de los
mitos. LEER MÁS
6 CHRONICLE
¿Qué
pasaría si el chico marginado del instituto se convirtiera en superhéroe por
accidente? Drama y ciencia-ficción se unen con asombrosa naturalidad en esta
pequeña rareza. LEER MÁS
7 THE
ARTIST
Consigue
trasladarnos la genuina ingenuidad o, si se permite la cursilería, la pureza de
corazón de aquel cine sin palabras de nuestros bisabuelos. LEER MÁS
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