06 marzo 2012
El ciberespacio, el nuevo insconsciente colectivo
Reproducimos a continuación la interesante reseña de Carlos Alberto Scolari sobre el libro ‘El lectoespectador’ (2012) de
Vicente Luis Mora. El ciberespacio
como nuevo insconsciente colectivo, donde la literatura ya no se escribe sino
que “se diseña” (“googliteratura”), y una frase feliz sobre las redes sociales: “El tweet es para semiólogos; el retweet para
sociólogos”. Texto completo en: http://bit.ly/xtaBT0
Retomemos la reseña de “El lectoespectador” de Vicente
Luis Mora y
volvamos a la cuestión de la “pantpágina”, esa “página total” (p. 110) por la
cual unos cuantos escritores parecen apostar. Afirma VLM que hoy, la
literatura, no se escribe: se diseña. Para muchos escritores “la página se ha
convertido en una pantalla diseñada” (p. 108). En esta parte VLM hace mucho
hincapié en la influencia de los medios de comunicación de masas pero yo creo
que es
la influencia de las pantallas digitales (o sea, las interfaces del software,
los videojuegos y sobre todo la web) la que está marcando a las páginas de las
nuevas novelas. Si
la televisión simula a las pantallas interactivas (ver mi artículo sobre la
hipertelevisión en castellano o inglés), no es extraño que las páginas de las novelas teminen
simulando esas mismas pantallas.
¿Cómo lee el lectoespectador? Hoy “leemos la página como si fuera una lámina electrónica
emisora, un paisaje o un óleo…” (p. 109). Las nuevas narrativas nos están
confirmando la existencia de un relato diferente, que no desecha el papel pero
lo utiliza de otra manera: “Pasando las páginas, mirándolas sin leerlas, el
lectoespectador puede advertir tratamientos textuales y paginales que apuntan a
una literatura más próxima a su imaginario que al del siglo XIX” (p. 118).
Leo esto y se me ocurre un tweet: Se
siente, se siente, #McLuhan está presente.
VLM también apunta la existencia de una nueva concepción del
espacio en la nueva literatura, fruto de la difusión de experiencias de
visión/navegación como Google Earth. La literatura pangeica “es la primera que
estatuye el lugar narrativo de este mundo panóptico en el que nos encontramos”
(p. 140)
Según VLM estamos en la autopista que conduce a la
googliteratura, un tipo de “literatura geoposicional” (p. 143) que encuentra
una de sus encarnaciones más interesantes en el proyecto We Tell Stories impulsado
por la editorial británica Penguin.
Podríamos decir que gran parte de esta reflexión confluye en
un territorio conocido por los lectores de este blog: el del transmedia storytelling. VLM
considera que “JJ Abrams es uno de los grandes narradores cross-media de
nuestro tiempo, si no el más capacitado” (p. 150). La existencia de relatos
fragmentados, que se despliegan a través de varios medios, hace que el
consumidor adopte una nueva táctica de interpretación: “la
primera regla de lectura de las obras transmedia es la misma que rige la del
proceso detectivesco: reunir todas las piezas del puzle, saber
dónde termina la obra, si es que la obra termina” (p. 151).
La última parte del libro está dedicada a los “diez
apotegmas sobre televisión” -no me gustó mucho este retorno al “broadcasting”
después de la inmersión digital/hipertextual- y a otros temas como el
cibespacio entendido como inconsciente colectivo. Esta línea de reflexión emparenta
a VLM con Derrick de Kerckhove, quien últimamente está
dedicado a desarollar una idea similar (From Freud’s unconscious to digital
unconscious).
Para terminar, un par de cuestiones metodológicas. Algunos
lectores pueden llegar a criticar la proliferación de neologismos en el texto
de VLM. Él mismo lo explica con sus propias palabras: “hacer teoría en directo,
en vivo, examinando fenómenos sobre los que no hay distancia histórica (ni
distancia personal) es peligroso. Claro que sí, pero hay algo más peligroso
aún: no hacerlo… Es más preciosa una idea equivocada que ninguna”
(p. 118). En este contexto “cómo leer estas nuevas obras; qué instrumentos
críticos utilizar cuando los de la teoría de la literatura y crítica
tradicionales se limitan a la palabra escrita (…)Un
texto, hoy en día, no es el mismo objeto que analizaban los formalistas rusos a
principios del siglo XX. Por
tanto se puede valorar con los mismos instrumentos críticos. De ahí que hayamos
propuesto la noción de ‘intertexto’… (p. 177-184).
Yo creo que la semiótica tiene mucho para decir en este
debate (ver mi ponencia “Semiótica: el desafío digital“), sobre todo a partir de
conceptos como “multimodalidad”, muy trabajados en el mundo anglosajón pero
casi descartados en los países mediterráneos y latinoamérica. El mismo VLM
aporta más adelante alguna clave metodológica bajo forma de tweet:
“El tweet es para semiólogos; el retweet para sociólogos”
Lo interesante del libro del VLM es que no se hace eco de
ese sentimiento anti-semiótico tan difundido en la comunidad de los
investigadores de la comunicación españoles. Algún día escribiré sobre el tema,
pero ahora es el momento de reivindicar una mirada -la “mirada semiótica”- y un
potente arsenal metodológico que a menudo se lo descarta por prejuicios
intelectuales o simplemente ignorancia.
La última parte de “El Lectoespectador” está dedicada a la
nube (la famosa “cloud” donde todos, lectores, autores y textos, terminaremos
antes o después) y a sus posibilidades. Novelas colaborativas, crítica
literaria 2.0, textos infinitos … a estas alturas -remember, estamos en la
cloud- el relato de VLM se recombina con las utopías hipertextuales de Ted Nelson y Vannevar Bush.
Me quedan unas cuantas cosas en el tintero, pero ya se
habrán dado cuenta que conviene darle una ojeada a “El Lectoespectador”, el
último ensayo deVicente Luis Mora.
Carlos Alberto Scolari en http://bit.ly/xtaBT0
sobre el libro ‘El lectoespectador’ de Vicente Luis Mora (2012)
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