26 enero 2007

El Eterno "con rostro de víbora"

ALBERT CAMUS, ‘EL HOMBRE REBELDE’ (1951)

Lautréamont [Conde de Lautréamont, poeta francés, 1846-1870] resucita, una vez más, la figura de Dios de Abraham y la imagen del rebelde luciferino. Sitúa a Dios “en un trono formado con excrementos humanos y oro”, donde preside “con un orgullo tonto, cubierto el cuerpo con una mortaja hecha de sábanas sin lavar, aquel que se titula a sí mismo Creador”. El horrible Eterno “con rostro de víbora”, el “astuto bandido” al que se ve “esparcir incendios en que perecen los ancianos y los niños” rueda, embriagado, por el arroyo, o busca en el burdel goces innobles. Dios no ha muerto, pero ha caído (…).

Trastornado ante la idea de tener a Dios por enemigo, ebrio de la soledad potente de los grandes criminales (“yo solo contra la humanidad”), Maldoror [personaje de Lautréamont] va a lanzarse contra la creación y su autor. Los ‘Cantos’ exaltan “la santidad del crimen”, anuncian una serie creciente de “crímenes gloriosos” (…).

Todas las criaturas de los ‘Cantos’ son anfibias, porque Maldoror rechaza la tierra y sus limitaciones. La flora está hecha de algas y de fucos. El castillo de Maldoror está sobre las aguas. Su patria es el viejo océano. El océano, símbolo doble, es a la vez el lugar de la aniquilación y de la reconciliación (…). Los ‘Cantos’ serían así nuestras ‘Metamorfosis’ en las que la sonrisa antigua es sustituida por la risa de una boca cortada con navaja, imagen de un furor frenético y agrio (…). El “embruteceos” pascaliano toma con él un sentido literal.

"Reduce la vida al nadar fulgurante de la sepia en medio de una nube de tinta"


Parece que Lautréamont no pudo soportar la claridad fría e implacable en la que hay que durar para vivir (…). Optó entonces por reducir la vida, y su obra, por el nadar fulgurante de la sepia en medio de una nube de tinta. El hermoso pasaje en que Maldoror se acopla en alta mar con la hembra del tiburón “en una cópula larga, casta y repelente", el relato significativo, sobre todo, en que Maldoror transformado en pulpo asalta al Creador, son expresiones claras de una evasión fuera de las fronteras del ser y de un atentado convulso contra las leyes de la naturaleza.

ALBERT CAMUS, ‘EL HOMBRE REBELDE’ (1951) / FOTO: 'ANGUS DEI', DE JOAN PAU INAREJOS (2003)

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta su blog... muy pocas personas hablan con profundidad de Nietzsche, mas haciendose eco de su fama que de conocimientos adquiridos.
mis felicitaciones