26 enero 2007

"El arco más tenso que existe"


ALBERT CAMUS, ‘EL HOMBRE REBELDE’ (1951)

Nietzsche al menos no se esquiva. Contesta y su contestación está en el riesgo: Damocles nunca danza mejor que bajo la espada. Hay que aceptar lo inaceptable y sostenerse en lo insostenible (…). Así, de la desesperación absoluta brotará la alegría infinita; de la servidumbre ciega, la libertad sin condición. Ser libre es precisamente abolir los fines (…).

La adhesión total a una necesidad total, tal es su definición paradójica de la libertad. La pregunta “¿libre de qué?” es sustituída entonces por “¿libre para qué?”. La libertad coincide con el heroísmo. Es el ascetismo del gran hombre, “el arco más tenso que existe” (…).

“Dionisos aúlla eternamente en el desmembramiento”

Nietzsche nunca ha exaltado más que el egoísmo y la dureza propios de todo creador. La transmutación de los valores consiste tan sólo en sustituir el valor del juez por el del creador. Dionisos, dios de la tierra, aúlla eternamente en el desmembramiento. Pero representa al mismo tiempo esa belleza trastornada que coincide con el dolor (…). Aceptarlo todo, la suprema contradicción y el dolor al mismo tiempo, era reinar sobre todo. Nietzsche aceptaba pagar el coste por este reino. Sólo la tierra, “grave y doliente”, es verdadera.

ALBERT CAMUS, ‘EL HOMBRE REBELDE’ (1951)

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