30 junio 2014
Cosas que pasaban hace diez años
Una década de ESCORP10NADAS
No había crisis y
se anunciaban nuevas líneas de AVE. El calor era noticia, como cada verano: récord
de consumo eléctrico. A un señor le daba un vahído en Sevilla.
No existía Twitter, ni Facebook, pero sí los SMS
(¡pásalo!) y por supuesto el muñequito azul de Messenger, que permitía teclearse
las primeras intimidades a tiempo real.
Los europeos acababan de votar y un tal Durâo
Barroso se iba a cortar el bacalao a Bruselas. Sonrisa de las
Azores: ánimo, chicos, a la guerra.
Zapatero (ZP) acudía con un ramo de olivo entre
los dientes para verse con Bush en la cumbre de la OTAN. Forges dibujaba un bello
rótulo de “PAZ” incendiado por yanquis e islamistas. En la prensa cavernaria se
hacían chanzas: “Así habló Zetatustra”.
Pasqual Maragall prometía una alianza con vascos
y andaluces para “reformar la Constitución”. Recién llegado a Sant Jaume,
manejaba los mandos con soltura. Aún no sabía que un monstruo llamado Estatut andaría
suelto.
Se decía que habría un carné de conducir por
puntos. Y esto como irá. Los inmigrantes llegaban en masa y había codazos para
recoger la fruta en Lleida. Los homosexuales aún no se podían casar, pero ya
oían campanas. Se hablaba de “altas tasas de fecundidad” gracias a las
extranjeras. Todo el mundo quería trabajar y copular aquí.
Los Príncipes de Asturias se veían con el Papa.
El anciano Wojtyla les animaba a ser “referencia para las familias”. Aún no
había abdicado ningún Papa, ni el Rey de España. Aún no había una reina
divorciada y “de clase media”(=plebeya).
El Fòrum de les Cultures resonaba en las
calles de Barcelona con aspiraciones publicitarias de cambiar el mundo. Manu
Chao sonreía en las páginas de cultura. Michael Moore se erigía en sátiro de
los neocons y los ponía a 9/11 grados Fahrenheit.
Ludovic Giuly se comprometía a aprender catalán. Faltaban diez años para que se hiciera edil en un pueblo de Lyon, pasando de centrocampista internacional a centrista de provincias. Jugaban la Eurocopa en
Portugal. La Roja aún perdía siempre y todavía no tenía este sobrenombre
pasionario.
El mismo día que pasaba todo esto, el 29 de
junio de 2004, empezaba a escribir este blog persuadido por mis amigos de la universidad (porque
tú escribes mucho y ya verás como le sacas partido).
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