GILBERT KEITH CHESTERTON
"El hombre de pie en su propio huerto es el hombre con ideas grandes"
Cuanto más muerto y seco está algo, más viaja; así ocurre con el polvo, con las flores del cardo y con el Alto Comisionado de Suráfrica. Las cosas fértiles son un poco más pesadas, como los pesados árboles frutales o el fecundo limo del Nilo.
En el ocio ardiente de la juventud todos nos inclinamos a discrepar con las implicaciones de aquel proverbio que dice que piedra que rueda no cría moho. Todos nos inclinamos a preguntar: "¿Quién quiere criar moho, excepto las viejas tontas?". Pero pese a todo empezamos a comprender que el proverbio está en lo cierto. La piedra que rueda va provocando ecos de piedra en piedra, pero la piedra que rueda está muerta. El moho, o musgo, está en silencio porque el musgo vive.
La verdad es que la exploración y el ensanchamiento hacen el mundo más pequeño. El telégrafo y el barco de vapor hacen el mundo más pequeño. El telescopio hace el mundo más pequeño; sólo el microscopio lo hace más grande (...).
Sin duda es inspirador dar la vuelta al mundo en un automóvil a toda velocidad, percibir Arabia como un remolino de arena y China como un relámpago de arrozales. Pero Arabia no es un remolino de arena y China no es un relámpago de arrozales. Son civilizaciones antiguas con extrañas virtudes enterradas como tesoros. Si queremos comprenderlas no debe ser como turistas e investigadores; debe ser con la lealtad de los niños y la gran paciencia de los poetas. Conquistar esos lugares es perderlos.
El hombre de pie en su propio huerto, con el mundo de las hadas abierto más allá del poltrón, es el hombre con ideas grandes. Su mente crea distancia; el automóvil la destruye estúpidamente.
GILBERT KEITH CHESTERTON, 'HEREJES' (1905)
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