27 mayo 2013
al jardinero
Encontraste mis cenizas
y aquí me pusiste
pero por qué, por qué me
recogiste
qué esperas de estas trizas.
Me tienes derramado.
Soy la nada de tu jardín.
Apenas oigo tus pasos
y aún no sé qué hago
aquí.
¿No debiste dejarme
morir?
Consolado en la
sepultura,
abrazado a las cosas que
no saben ni sufren:
el novio de la eternidad
vacía.
Sin embargo me tienes
aquí,
extraño entre tus
flores,
hijo siempre de nada,
indigno de tu jardín.
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2 comentarios:
bufffff.... que maco !
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