23 enero 2010

'Nine': para oscarizar y olvidar


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA


por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 6

Definitivamente, el reciclaje se ha convertido en el gran procedimiento creativo de Hollywood. En este caso, resulta muy oportuno que la historia rescatada sea justamente la de un director en plena crisis de inspiración (8 y medio, Federico Fellini, 1963), algo que, previa versión teatral (Arthur Kopit), le sirve a Rob Marshall (autor de Chicago) para montar un panteón plurinacional de divas y mujeronas del celuloide con resultados variables.

Lo mejor. Entre todas las féminas de 'Nine', sin duda brilla con luz propia Marion Cotillard: la joven actriz francesa borda conmovedoramente el papel de esposa despechada, con unos números musicales para enmarcar y un repertorio de miradas y expresiones faciales que son un mapa veraz de la vida interior, transitando entre la ternura, el rencor y la melancolía.

Si el oro es para la esposa dolida, la plata se la lleva la puta: prácticamente sin hablar, sólo cantando y bailando, Fergie arrolla con su puesta en escena interpretando a Seraghina, una bárbara prostituta italiana que enseña a los chiquillos los secretos del amor. Y el bronce lo conquista otra secundaria, Kate Hudson, en el papel de la frívola reportera Stephanie, quien protagoniza, en Cinema italiano, la actuación musical más fresca, rítmica y pegadiza de la función.

El elenco femenino se completa con Nicole Kidman, consagrada en su nueva pose de diva recauchutada (adiós al candor de Moulin Rouge); Judi Dench, dama británica con un triste papel de vasalla confidente que le viene pequeño; y una Sophia Loren totémica, que habla con su mera presencia monumental en las breves apariciones donde encarna la maternidad onírica y omnipresente.

Lo peor. ¿Y Penélope? Pff. Que me pongan gafas especiales -en 3D o en blue-ray- porque no consigo ver en esta muchacha a la fascinante actriz y mujer que describen con tanto entusiasmo las crónicas culturales y revisteras.

Disculpen los penelopistas más conspicuos, pero se me antoja que la princesa de Alcobendas casi raya el ridículo con su payasa interpretación de la amante; acaso aquejada de un síndrome Almodóvar, Pe se vuelca en el papel pero exhibe unas puntas de histrionismo impropio en un musical que busca la prestancia y el glamour.

Quien tampoco parece pez en el agua es el macho alfa de 'Nine', Daniel Day-Lewis. Sus brutales virtudes como actor son demasiado dramáticas, demasiado densas, para quien debería ser un director estrella playboy, golfo y decadente. El personaje pedía a gritos un latino sinvergüenza.

Por lo demás, mucho empaque pero poca magia, muy poca, en este musical "Mericano, Mericano" por los cuatro costados donde la Italia de los 60 apenas es un efluvio de postal. Olvidable y oscarizable a partes iguales.

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