16 febrero 2009

'Camino': brillante y truculenta


¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE:
LA BUTACA

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 6

Lo mejor. Vale la pena ver esta película por lo deslumbrante de su puesta en escena: desde las grises recreaciones conventuales hasta los vívidos sueños de colores alucinantes, Javier Fesser hace gala de un talento visual fabuloso y tremendamente versátil para contarnos la historia de esta niña enamoradiza que enferma bajo los auspicios del Opus Dei.

'Camino' es brillantísima en la metáfora, en los detalles, en el uso de la cámara y en esas secuencias oníricas donde la Cenicienta de dibujos animados se mezcla con el ángel de la muerte y los enanos circenses.

La entera iconografía de este retablo de la Mártir Camino deja huella en la retina, también en sus pasajes más crudos: ahí está ese rostro totalmente vendado de la chiquilla, que, momificada en la antestesia, asiste a los chascarrillos y comentarios banales de sus operadores. O, rozando lo macabro, esas heridas abiertas en canal con todo lujo de detalles viscerales.

Pero también la película brinda sus momentos encantadores de realismo pop: vemos a la adolescente bailando al son de Shakira, mientras amontona macetas y vírgenes a la luz del mediodía, o la escuchamos charlar verazmente sobre chicos y teatros con su Sancho Panza, la pícara Begoña interpretada por Claudia Ortero.

De todo, como en los retablos barrocos, podréis gustar aquí: desde el gore hasta el romanticismo infantil pasando por escalofriantes fragmentos de terror: imperdible la escena del hospital, donde Camino homenajea malvadamente 'El exorcista' con una visión satánica rodeada de moscas y febriles liturgias habladas sobre pastores y ovejas.

Lo peor. Artísticamente brillante, simbólicamente sugestiva, 'Camino' sin embargo viene forzada por un mensaje de denuncia excesivamente evidente y reiterativo: qué malos los curas, qué buenos los niños y su mundo de fantasía. La certera invectiva contra el fanatismo y la represión del goce de vivir acaba conduciendo a un fastuoso drama hospitalario, tedioso y masticado como un videoclip que lo es todo menos "una película sobre el amor".

Por otra parte, hubiera hecho bien Fesser en no dedicar "a Alexia" -la niña de la historia real- una fábula muy autoral, rebosante de intenciones artísticas e ideológicas, (simétrica a la 'Pasión' de Mel Gibson) que se sostiene perfectamente por si sola sin necesidad de evocar a quien solamente fue un ser humano que sufrió.


2 comentarios:

elmarge dijo...

Tinc moltes ganes de veure aquesta pel·lícula...

Anónimo dijo...

tampoc l'hagués vist, però per si volia fer-ho, ja se que no ho faré