13 octubre 2012

‘Lo imposible’: inundación de lagrimales


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LABUTACA
per JOAN PAU INAREJOS
Nota: 6

Había caminos por explorar en esta disaster movie. Por ejemplo: cómo los ricos occidentales trascienden su isla turística para llegar a la solidaridad intercultural en brazos de la catástrofe. La hecatombe que rompe fronteras. Un camino que se insinúa en algún momento: esa bella escena de las mujeres tailandesas lavando y poniendo ropas nuevas a una convaleciente Naomi Watts.

Pero la película de Juan Antonio Bayona rápidamente olvida esta vocación y se entrega a la pura pirotecnia de la destrucción y del dramón más lineal. Familia feliz. Catástrofe. Separación. ¿Reencuentro? Ahí se reduce el alma narrativa de un producto que dedica sus esfuerzos a la emulación perfecta de los cánones del cine comercial norteamericano: Spielberg, como bien se ha dicho. Y también una factura técnica colosal, que nada tiene que envidiar a los Titanics de turno y que explota soberbiamente las posibilidades audiovisuales del mar en pleno estallido. Oleajes, estruendos, sensaciones subjetivas, la furia matérica de troncos y piedras bajo el agua. Esas reminiscencias oníricas. Esas palmeras cediendo como fichas de dominó.

Como haría cualquier rey midas de Hollwood, Bayona convierte el tsunami asiático de 2004 en un grandioso reality show, con decorados de lujo, sentido del ritmo y zorrería sentimental. La insistencia por emocionar a la platea, constantemente subrayada con la banda sonora y la carta fácil de los niños, acaba resultando irritante y espanta la verdadera empatía del espectador, esa paloma esquiva. A pesar del torbellino de sufrimiento y suciedad, y a pesar de un actor adolescente tan asombroso y volcado como Tom Holland, la película no llega al corazón más que en algunos instantes y renuncia al más mínimo discurso, a algo que pueda emerger tras la resaca del oleaje. Bayona consigue ‘Lo imposible’, sí: hacer una película sobre el tsunami y no mojarse.

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