13 mayo 2009

'The visitor': buen globo que se deshincha


¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?


LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE:
LA BUTACA

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 7

Lo mejor. Richard Jenkins imperturbable, tierno en su parquedad, es el verdadero pilar y baza de esta película de magnífico planteamiento a la que, con todo, se le acaba escapando la fuerza por su ambigüedad de géneros.

El arranque tiene todo el encanto y hasta el suspense de una fábula contemporánea: el europeo decadente vuelve a casa y encuentra unos involuntarios okupas venidos de más allá de la legalidad. ¿Quién es el visitante: los sorprendidos inmigrantes o el profesor que de repente se asoma a la vida palpitante?

Una buena fábula, rodada con realismo y elegante melancolía, que eleva un grito humano, impotente, contra la injusticia de los nuevos muros globales.

Lo peor. Lástima que este grito, proferido frente a la ventanilla del centro de detención, queda diluído, amortiguado, en el bajo vuelo de la comedia romántica, los azúcares del sermón multicultural y el chato tópico de la convivencia entre diferentes.

Nos quedamos sin duda con el nada zalamero Richard Jenkins y su sorda impotencia aporreando el tambor.


Xavi Serra en Cine365.com: "Hay algo perverso en cantar alabanzas a la diversidad y al encuentro entre culturas recurriendo para ello a estereotipos tan maniqueos que son casi una relectura actualizada del buen salvaje. McCarthy trata de persuadir al espectador, ciudadano privilegiado del primer mundo, de lo equivocado que supone dar la espalda al tercero. Y para ello idealiza hasta la caricatura situaciones y personajes, escorando el relato hacia la fábula redentora, convirtiéndolo casi un cuento de hadas anti-globalizador. En el camino se queda la credibilidad del relato y nuestra capacidad para identificarnos con él. The Visitor, en definitiva, se suma a una cierta tradición del cine indie americano que aborda las problemáticas sociales de su país desde el paternalismo y la condescendencia para con el espectador, y que evita en todo momento tomar caminos que impliquen el mínimo riesgo. No podemos quejarnos: aquí tenemos a Fernando León de Aranoa, pero en todas partes cuecen habas.


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