Porque está en tierra de nadie: estudié filosofía ¡y nadie me habló de él!
Yo me sentía desconectado de la vida... y disimulaba, callaba... Por azar leí a Cioran: ¡alguien decía lo que yo sentía!
Sí, porque la vida fluye por un lado.., y tú sientes que te has caído, que estás fuera.
"La creación es el primer acto de sabotaje", dijo: comprendió que la vida es un fraude.
"Que la vida no tenga sentido es una razón para vivir, ¡la única!": vivió lúcido, sin apegos, en una buhardilla barata, yendo en bicicleta, en comedores universitarios...
"No me gusta la vida: no tiene por qué gustarme la muerte", adujo. "No soy hombre de acción", argumentó, y suicidarse es actuar.
Actuar es cooperar con el absurdo: "No vale la pena molestarte en matarte, siempre te matas demasiado tarde".
Cioran admitía esa contradicción, que juzgaba inofensiva: "No es posible decir nada: ¡por eso es ilimitada la cantidad de libros!" (…)"Es más fácil renunciar al pan que a la palabra", reconoció (…).
No, coherentemente: nacer es inconveniente, y ser padre es que la vida te cuele un gol. Cioran se enamora y empareja, pero a la vez se proclama "metafísicamente soltero": "Enamorarse es querer ser engañado" (…)
"Toda su obra le desmiente", dice Cioran, que iguala al creyente y al escéptico: "Uno carga con el peso de sus certezas, el otro carga con el peso de sus perplejidades".
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