05 agosto 2014
El mono gramático
El mono gramático (1974)
las cosas se mueren para
que vivan los nombres
los nombres les chupan los tuétanos a las cosas, las cosas se mueren
sobre esta página pero los nombres medran y se multiplican, las cosas se mueren
para que vivan los nombres.
no hay palabras donde
reclinarse
no hay nada sólido en el universo, en todo el diccionario no hay una sola
palabra sobre la que reclinar la cabeza, todo es un continuo ir y venir de las
cosas a los nombres de las cosas.
el paraíso es tener
nombre propio
Todos merecen (merecemos) un nombre propio y nadie lo tiene. Nadie lo
tendrá y nadie lo ha tenido. Ésta es nuestra verdadera condenación, la nuestra
y la del mundo. Y en esto consiste lo que llaman los cristianos el estado de “naturaleza
caída”. El paraíso está regido por una gramática ontológica: las cosas y los
seres son sus nombres y cada nombre es propio.
escribir y leer: doble
abolición
Por la escritura abolimos las cosas, las convertimos en sentido; por la
lectura, abolimos los signos, apuramos el sentido y, casi inmediatamente, lo
disipamos: el sentido vuelve al amasijo primordial.
algaraniñas y pajarabías
algarabías de niños y pájaros, algaraniñas y pajarabías
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