16 mayo 2007

Desahogos líricos del judaísmo

JESÚS MOSTERÍN: 'LOS JUDÍOS. HISTORIA DEL PENSAMIENTO'

"Frente al racionalismo y la seca erudición rabínica, la cábala ha apelado a la fantasía desatada"

Además de la preponderante tradición rabínica ortodoxa y de la minoritaria reflexión filosófica con pretensiones racionales, en el judaísmo han existido también corrientes irracionalistas, que han dado rienda suelta tanto a la especulación desenfrenada como al sentimentalismo, los efluvios emocionales y el escapismo, que busca remedios ilusorios y sobrenaturales a los problemas reales de los judíos. Entre estas corrientes se encuentran la cábala, el mesianismo y el jasidismo.

La cábala es el misticismo judío y la presunta sabiduría oculta de los judíos. Aunque las primera ideas cabalísticas surgieron en la antigüedad, en la Edad Media inició su desarrollo en el siglo XI y alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIII y XIV en Sefarad [España] y en el siglo XVI en Sabed (Galilea, en lo que es ahora el norte de Israel). Frente al relativo racionalismo y la seca erudición de la tradición rabínica, que siempre ha constituido la corriente principal del judaísmo, la cábala ha apelado a la fantasía desatada, a la especulación incontrolada y a la búsqueda de lo misterioso y maravilloso, como el trono de Dios o los palacios de Dios.

El nombre de cábala (en hebreo, ‘qabbalá’, ‘lo recibido’, la tradición) alude a la doctrina esotérica recibida mediante revelación divina por ciertos santos de antaño (incluso por Abraham mismo) y transmitida luego en secreto por un grupo de discípulos privilegiados hasta nuestros días. Forma parte de la ley oral y constituye la interpretación mística tradicional de la ‘Torá’. La interpretación cabalística de la ‘Torá’, es sumamente libre y se basa en una exégesis alegórica que extrae de las palabras significados sorprendentes.

Los orígenes de las ideas cabalísticas están sin duda en la influencia gnóstica, neoplatónica y neopitagórica en algunos judíos de la antigüedad tardía, posteriores a la destrucción del templo y la diáspora. Varias de sus ideas más características se encuentran ya en el breve y denso ‘Sefer Yezirá’ (Libro de la creación), que a aparece a principios del siglo VI. El libro describe los 36 medios de que se valió Dios para crear el mundo: los diez ‘sefirot’ (o atributos divinos) y las 22 letras del alfabeto hebreo (…).

Si a la hora de la muerte el alma no ha alcanzado el nivel suficiente de mérito y perfección, volverá a la Tierra a reencarnarse en otro cuerpo y a seguir el ciclo de transmigración hasta alcanzar la pureza requerida para la unión con Dios. El paralelismo con el pensamiento indio en este punto resulta obvio (…).

"En el siglo XVII recibieron con estupor y angustia las tremendas masacres de judíos en Ucrania y Polonia; se interpretaban como signos de que la venida del mesías estaba próxima"

La cábala (…) se extendió por los numerosos ‘shetetls’ (palabra en ‘yídish’ que designa a una pequeña ciudad o aldea de judíos) de Europa Oriental. Los doctrinas místicas se mezclaban con supersticiones más crasas, las historias de ángeles, demonios y golems, los milagros, la magia, los amuletos y conjuros, etc. Parecía como si una oleada de entusiasmo por la sobrenatural fuera ya lo único que ayudara a aquellas pobres gentes a soportar la dura e inclemente realidad. Las ideas cabalísticas se entremezclaban también con la expectativa en el mesías (…).

En 1648-1649, las juderías de todo el mundo recibieron con estupor y angustia la noticia de las tremendas masacres de judíos en Ucrania y Polonia. Parecía que las tribulaciones del pueblo judío habían tocado fondo. Las matanzas se interpretaban como signos de que la venida del mesías estaba próxima. Circulaban rumores de que el mesías estaba ya reuniendo en el desierto a los ejércitos de las tribus perdidas de Israel y que estaba a punto de iniciar la reconquista del país de Israel y el restablecimiento de la monarquía de David (…).

"El pseudomesías había decepcionado y, el movimiento que vino a llenar ese vacío fue el jasidismo o pietismo"

La gran expectación suscitada por el pseudomesías (…) había dado lugar a una decepción y angustia tremendas. Todos esos judíos pobres, despreciados, traumatizados y decepcionados sentían como un gran vacío interior, un gran frío en su corazón. El movimiento que vino a llenar ese vacío y a traer un poco de calor a sus corazones fue el jasidismo o pietismo judío. El jasidismo, en su primera época, era una especie de prolongación del movimiento de falso mesianismo, que buscaba una solución rápida y drástica a los problemas que en aquel entonces aquejaban al pueblo judío, no por medio de un mesías dudoso, sino a través de la fe con corazón alegre y profundo, desprovisto de la mayor parte del intelectualismo que dominaba la religión judía (…).

Contra los ‘jasidim’ se enfrentaban los ‘mitnagdim’ (opositores), partidarios de la forma tradicional, es decir, de la vía erudita y “racionalista”, simbolizada por el estudio del ‘Talmud’, y que miraban con desprecio e indignación la grosería e ignorancia de los ‘jasidim’ (…). Sólo el gran atraso intelectual de Europa Oriental en el siglo XVIII explica la prevalencia de estos movimientos y polémicas.

No hay que olvidar que ya en el siglo anterior Spinoza había llevado la racionalización del pensamiento judío a sus últimas consecuencias, aunque su obra era completamente ignorada en los ‘shtetls’ orientales. Tampoco hay que olvidar que en Europa Occidental el siglo XVIII era la época de la Ilustración, que estaba afectando también al judaísmo, dando lugar a la ‘Haskalá’ o ilustración judía y, en definitiva, a la futura emancipación de los judíos. En cualquier caso, el jasidismo fue la variedad del judaísmo más extendida entre los ‘ashkenazim’ [judíos alemanes] de la época, y todavía pervive en Israel y Estados Unidos.

JESÚS MOSTERÍN: 'LOS JUDÍOS. HISTORIA DEL PENSAMIENTO' (2006)

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