30 mayo 2007

Al Qaeda, fruto de la modernidad


JOHN GRAY


"Los más próximos precursores de Al Qaeda son los anarquistas revolucionarios de la Europa del siglo XIX”

No hay estereotipo que resulte más pasmoso como el que describe Al Qaeda como un retroceso a los tiempos medievales. [En realidad] es un subproducto de la globalización. Al igual que los cárteles de droga de dimensiones mundiales y las corporaciones empresariales virtuales que se desarrollaron en los noventa, evolucionó en una época en la que la desregulación financiera había creado vastos fondos de riqueza en paraísos fiscales y el crimen organizado había adquirido carácter global (…). De igual modo, la creencia de que es posible precipitar el advenimiento de un nuevo mundo mediante espectaculares actos de destrucción no se encuentra por ninguna parte en tiempos medievales. Los más próximos precursores de Al Qaeda son los anarquistas revolucionarios de la Europa del siglo XIX (…).

La Unión Soviética fue un intento de encarnar el ideal ilustrado de un mundo sin poder ni conflicto. En la procura de este ideal mató y esclavizó a decenas de millones de seres humanos. La Alemania nazi perpetró el peor acto de genocidio de la historia. La hizo con la intención de alumbrar un nuevo tipo de ser humano. Ninguna época anterior abrigó tales proyectos. Las cámaras de gas y los gulags son ‘modernos’ (…).

Si Osama Bin Laden tiene algún precursor, es el terrorista ruso del siglo XIX Sergei Nechaev, quien, al preguntársele qué miembros de la casa de los Romanov debían ser eliminados, respondió: “Todos ellos” (…)

Las ideas de Qutb [Sayyid Qutb, pensador islamista egipcio nacido en 1906] sobre la lucha revolucionaria procedían de una reciente consecha europea. Lo mismo sucedía con el enfoque del Corán, al que consideraba, de forma ultramoderna, no como una fuente de verdad literal, sino como una obra de arte. Para Qutb, la fe es una expresión de la subjetividad, un compromiso personal realizado mediante un acto de voluntad. En palabras de Binder [Leonard Binder, ‘Islamic liberalism’, 1988]: “Qutb parece haber adoptado la estética poskantiana del individualismo liberal, una estética legada por el romanticismo europeo a la élite cultural del mundo colonial”.


El islamismo radical considera el Corán como una “obra de arte” y sostiene “la creencia romántica de que el mundo puede ser reorganizado mediante un acto de voluntad”

Las raíces intelectuales del islam radical se encuentran en el movimiento europeo contrario a la Ilustración (…): el escepticismo de David Hume condujo al rechazo de la propia razón; Kierkegaard defendía la fe religiosa en términos de experiencia subjetiva; Herder rechazó el ideal ilustrado de una civilización universal, creyendo que existen muchas culturas, cada una de las cuales es, en ciertos aspectos, única. Ya avanzado el siglo XIX, pensadores como Fichte y NIetzsche glorificaron la voluntad, poniéndola por encima de la razón (…).

Puede que el mundo medieval fuera unificado por la fe, pero no ridiculizó la razón. Su visión del mundo emanaba de una fusión entre el racionalismo griego y el teísmo judeocristiano. En el esquema medieval de las cosas, se creía que la naturaleza era racional.

La creencia romántica de que el mundo puede ser reorganizado mediante un acto de voluntad es tan inherente al mundo moderno como el ideal ilustrado de una civilización universal basada en la razón (…).

En el siglo XIX, el romanticismo era una protesta alemana contra la pretensión que manifestaban los franceses de encarnar la civilización universal. A principios del siglo XXI, las ideas románticas han regresado como parte de la resistencia al universalismo estadounidense. Al Qaeda se ve a sí misma como una alternativa al mundo moderno, pero las ideas de las que se nutre son la quintaesencia de la modernidad.



JOHN GRAY: ‘AL QAEDA Y LO QUE SIGNIFICA SER MODERNO’ (2004)

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