Paradoja: cuanto más se absorbe Narciso en sí mismo, más sueña con una larga vida a dos. En el reconocimiento social de la fidelidad hay, en efecto, la angustia, la sinrazón de las aventuras sin mañana, del vacío de la repetición de los amores fugitivos. La época del consumo no deja de afanarse en la erradicación de lo que podrían ser ‘goces improductivos’: todas las energías deben ser funcionalizadas, capitalizadas, optimizadazas, hay que higienizar, responsabilizar, mantenerse joven y en forma. La ofensiva contra la ‘parte maldita’ continúa su camino. Ya no se cree en los grandes objetivos de la historia, se desea la funcional y la ‘razón’ privada. La espiral del individualismo no equivale a un desenfreno de los cuerpos sino a los placeres constructivos, a una búsqueda de sentido miniaturizado.
Gilles Lipovetski, El crepúsculo del deber, 70
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