El cohete espacial es un símbolo fálico y un falo hostil. Esto supongo que tiene alguna relación con nuestras deficiencias sexuales. Un falo en el sentido biológico no es un arma; es un instrumento para acariciar. La finalidad del falo es provocar el éxtasis en la mujer y quizá crear un bebé. No es para atravesarla como si fuera una espada.
De ahí que la concepción adecuada de un cohete no debería ser conquistar el espacio... pero, ¿podríamos imaginarnos la idea de dar placer al espacio, nuestra salida de la Tierra para transmitir amor y deleite a otros seres que puedan estar por allí y para fertilizar planetas yermos?
Alan Watts, La mitología occidental, en Mitos, sueños y religión, 22
No hay comentarios:
Publicar un comentario