30 septiembre 2015
Belleza medieval
Umberto Eco
Arte y belleza en la estética medieval (1959)
la cultura medieval, la cual, al haber elegido o
haberse visto obligada a elegir el latín como lengua franca, el texto bíblico
como texto fundamental y la traducción patrística como único testimonio de la
cultura clásica, trabaja comentando comentarios y citando fórmulas
autoritativas, con el aire del que nunca dice nada nuevo. No es verdad, la
cultura medieval tiene el sentido de la innovación, pero se las ingenia para
esconderlo bajo el disfraz de la repetición (al contrario de la cultura
moderna, que finge innovar incluso cuando repite).
¿oscura edad media?
Los medievales hablan continuamente de la belleza
de todo el ser. Si la historia de esta época está llena de sombras y
contradicciones, la imagen del universo que transluce de los escritos de sus
teóricos está llena de luz y optimismo.
inexhausta irradiación de
belleza
De divinis nominibus del Pseudo Dionisio
Areopagita. Aquí el universo aparece como inexhausta irradiación de belleza,
una grandiosa manifestación de la difusividad de la belleza primera, una
cascada deslumbrante de esplendores:
vocabulario
Venustez, temperie
la hilarante exigencia
simétrica
El principio de simetría, incluso en sus
expresiones más elementales, era un criterio instintivo tan arraigado en el
ánimo medieval que determinó la evolución misma del repertorio iconográfico.
Este procedía de la Biblia, de la liturgia, de los exempla praedicandi, pero, a
menudo, exigencias de simetría inducían a modificar una escena que la tradición
había transmitido en términos bien definidos, e incluso a forzar las costumbres
y las verdades históricas más comunes. En Soisson, uno de los tres magos es
sacrificado porque no hace pendant. En la catedral de Parma, san Martín divide
su capa no con uno, sino con dos mendigos. En San Cugat del Vallés, el Buen
Pastor, en un capitel, se vuelve doble. A estas mismas razones se deben las
águilas de dos cabezas y las sirenas de dos colas (Réau 1951). La exigencia
simétrica crea el repertorio simbólico.
la enciclopedia-cúmulo
La enciclopedia en forma de cúmulo pertenece a
una época que todavía no ha encontrado una imagen definitiva del mundo; por eso
el enciclopedista recoge, enumera, adiciona, empujado solo por la curiosidad y
por una especie de humildad anticuaria.
la indiferencia por lo
concreto
Nadie
había observado nunca verdaderamente un racimo de uvas, porque el racimo era
ante todo su significado místico: ahora en los capiteles se observan
sarmientos, pámpanos, hojas, flores, en los pórticos aparecen descripciones
analíticas de los gestos cotidianos, de los trabajos del campo y de los
oficios.
el desierto como imagen de
Dios
Eckhart [habla] de «abismo sin modo y sin forma
de la divinidad silenciosa y desierta»; y recuerda que «el alma alcanza la
suprema beatitud… arrojándose en la divinidad desierta donde no hay ni obra ni
imagen…»
el renacimiento y el ‘multiverso’
Lovejoy (1936) sugiere que la verdadera idea
revolucionaria de la cultura renacentista no ha sido el descubrimiento
copernicano, sino más bien la idea —que está presente en Cusano y se afirmará
en Giordano Bruno— de la pluralidad de los mundos.
números para ordenar el
mundo bárbaro
De una estética pitagórica del número que
reaccionaba ante el desorden de las edades bárbaras, se pasa a una estética
humanista, atenta a los valores del arte y al depósito de bellezas transmitido
desde la Antigüedad, que refleja el renacimiento del mundo carolingio.
*** Nota: los
títulos que encabezan los fragmentos son del autor del blog
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