Rociar las nubes con yoduro de plata reduce un 20% el daño del granizo
Un estudio cuantifica por primera vez el efecto en Lleida de los polémicos generadores
La Generalitat retiró la subvención de la campaña en el 2004 por considerarla inútil
ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA (El Periódico)
Rociar las nubes con yoduro de plata reduce en al menos un 20% la energía cinética del granizo --el tamaño y la fuerza con que cae la piedra-- y no afecta ni para bien ni para mal a la pluviometría de la zona, según muestra por primera vez un estudio de José Luis Sánchez, catedrático de la Universidad de León, elaborado a partir de las campañas realizadas desde 1997 en el valle del Ebro, especialmente en Lleida. El yoduro, que se emplea desde hace dos décadas en numerosos países para reducir los daños causados por el granizo, arrastra consigo una leyenda negra no tanto por los supuestos perjuicios sobre el clima, nunca confirmados, sino por su utilidad real.
El sistema se basa en las propiedades licuantes del yoduro de plata. Primero se toma el compuesto, se quema en un generador y el gas resultante asciende hasta las amenazantes nubes. Luego, una vez entra en contacto con las gotas en suspensión, lo que hace el yoduro es congelarlas, es decir, acelera la formación de granizos y evita que poco a poco se formen grandes piedras. "Los numerosos embriones de granizo compiten por el agua disponible y no pueden crecer --explica Sánchez--. No es que haya menos, sino lo contrario: hay más, pero son más pequeños, lo que reduce los daños".
UN EURO POR HECTÁREA
El profesor, que participó en CosmoCaixa las Jornadas Eduard Fontseré, organizadas por la Asociación Catalana de Meteorología (Acam), insiste en que el riesgo ambiental "está absolutamente descartado" y el coste es de "solo un euro por hectárea y año". Sánchez prosigue con sus trabajos en Aragón, donde desarrolla una red de detección del granizo por encargo del Gobierno regional, pero las investigaciones en Catalunya se han parado por completo porque el Departament d'Agricultura de la Generalitat considera que el sistema no funciona.
RECIBO OBLIGATORIO
Las campañas de riego con yoduro en la provincia de Lleida, que empezaron a desarrollarse en 1984 en 77 municipios, se subvencionaban con un recibo obligatorio de ocho euros anuales que debían pagar los agricultores. "Pero la conselleria anuló los recibos", lamenta Maite Torà, de la Agrupació de Defensa Vegetal de les Terres de Ponent, que era la entidad encargada de los generadores. "La única manera de ver si funciona es seguir evaluando --dice-. Y hacerlo bien: no puedes regar una nube y otra no". Uno de los problemas, añade, es que el yoduro se ha usado en años intrínsecamente áridos, lo que ha generado una imagen negativa: "Hay sequía, pues alguien alguien ha de tener la culpa".
En cambio, Josep Lluís Huguet, de Unió de Pagesos, se muestra bastante escéptico. "Yo no digo que sea malo, pero tampoco ha demostrado gran utilidad y, por tanto, no creo que debamos seguir pagándolo".
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