06 septiembre 2004

Ojos para mirar, ojos para llorar


El hombre no sólo contempla al mundo desde sí mismo, sino que también se ve desde el mundo. En nuestra actitud afectiva hacia el otro le deseamos que alcance su plenitud y que se realice lo que está puesto en su "proyecto" ontológico o espiritual. Esta "objetividad simpatizante" (o compasión, en el sentido más amplio de esta palabra) constituye la base de todos los valores estéticos y morales.

Esta orientación a la objetividad, a diferencia de la especialización y adaptación de los animales a su medio ambiente, se manifiesta en lo que Hengstenberg llama 'bifuncionalidad' de los órganos humanos. Por ejemplo, nuestros pulmones forman parte de nuestro sistema vegetativo y cumplen funciones importantes en el proceso metabólico, pero al mismo tiempo son utilizados para hablar, cantar y tocar instrumentos de aire. Los ojos sirven para ver y, a la vez, para la exploración o contemplación estética.

Mijaíl Málishev, Facultad de Humanidades, uaem, Cerro de Coatepec, Toluca, Estado de México

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