11 mayo 2015
La abeja de Salomón
Mario
Satz
La abeja del Rey Salomón (2007)
los
mil instrumentos
su esposa egipcia había traído
consigo mil instrumentos de música, la mayoría de cuyos nombres él ignoraba.
Mil instrumentos se dice rápido, pero las lentas melodías que desgranan tienen
más complejidad que los helechos y más transparencia que el ala de las
libélulas.
el
amor: hacer del hábito un arte
- Existe un placer en el cambio y
un displacer en el hábito –le había dicho la abeja hablando, cierto día, de la
naturaleza del goce-, pero el verdadero amor hace del hábito un arte: pule las
piedras de sus dificultades hasta volverlas preciosas.
la
mujer, predictora de vuelos
la mujer (…) es a mi juicio el ser
más plural que conozco. Un mundo en el que caben otros cien.
- Así es –revoloteó la abeja-, son
nuestras reinas las que crean el nuevo panal. Son las reinas quienes conocen
las rutas del próximo vuelo
la
memoria simultánea
recordar una cosa deja de lado
muchas otras. Recordarlas todas a la vez, en cambio, hace que cada cual
disfrute del lugar que el espacio le concede. Cuando la memoria se dedica a la
sucesión, excluye; cuando se abre a lo simultáneo, incluye.
las
palabras dilatan
El astrónomo Mar Rakía ironizaba
acerca de su dificultad con los números casi tanto como admiraba su destreza.
- Es que los números son
previsibles y las palabras no –respondía el rey en sus días de príncipe.. Dos dátiles
siempre son dos dátiles, pero éstos pueden ser dorados, correosos, provenir de
aquí o de allí, ser comprados o regalados, pequeños o grandes. Los números
limitan y las palabras dilatan.
la
paradoja de la lengua
Un mismo ojo llora dos clases de
lágrimas. Una misma cabeza es vidente por delante pero ciega por detrás. Una
misma lengua se cree libre encima y está sujeta por debajo.
el
reposo de las aguas subterráneas
Los ríos (…) aman unos lugares más
que otros. Sitios en los que la tierra pulsa certidumbres y amparos. Saben que
el mar los espera y no tienen prisa. De hecho, a veces están tan bien allí
abajo que labran cuevas para el reposo de sus aguas y se echan a dormir siglos,
mientras la tierra se queja de que el viento la erosione (…)
el
universo como hallazgo
- ¿Cuántos milagros has visto tú
en toda tu vida? (…)
- Supongo que tres o cuatro –suspiró
por fin el profeta-. Me hicieron más creyente en lo invisible y más paciente
con lo que se ve. Todo va hacia el momento de su iluminación, hacia la más
hermosa conciencia de existir, ese abejorro, tu nuca, el búho y la violeta (…).
Recuerda que el tesoro se presenta en forma de búsqueda hasta que el univers0
se revela en forma de hallazgo.
sucesión
o usurpación
el celoso y el envidioso no ven
más que lo que reluce, las apariencias (…) conspiran para destruir, desde la
sombra, lo que intentan reemplazar. A la naturaleza le gusta la sucesión, pero
el hombre prefiere usurpar.
somos
semillas
Nada es enteramente propio ni
ajeno. Los hombres somos semillas de los hombres, una especie que el viento
dispersa o reúne.
palabras
o latidos
su caballo favorito [le enseñó] a
correr y correr hasta que el corazón sube a los labios y ya no hay palabras
sino latidos para sentir el ardiente pulso de la vida.
la
nuez y el cerebro
[la nuez] es semejante al cerebro
humano –sonrió el rey-. A veces, para comer de él y de su sabiduría hay que
romper la dura corteza de hábitos y prejuicios. No podemos acceder al núcleo de
nuestro ser a menos que partamos en dos o en tres las más cómodas de nuestras
costumbres.
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