06 julio 2014
Memorias del subsuelo
‘Memorias del
subsuelo’ (1864)
mis fundamentos
Pues, para empezar a actuar, se necesita estar previamente tranquilos y que
no haya puntos dudosos. Bien, ¿y cómo, por ejemplo, yo puedo estar tranquilo?
¿Dónde tengo yo las causas primeras en las que apoyarme, dónde tengo los
fundamentos? ¿Dónde iré a cogerlos? Yo hago profesión de mi pensamiento, lo que
significa que para mí toda causa originaria lleva consigo otra causa aún más
originaria, y así hasta el infinito.
construir y no habitar
(…) O sea, al hombre le encanta construir, trazar caminos, es
pacífico.¿Pero de dónde le viene que ame también apasionadamente la destrucción
y el caos? Contestadme a esto (…). ¿Quizá no se debe este amor suyo a la
destrucción y al caos (que tal vez los ame tanto es también pacífico e
indiscutible) al hecho de que él instintivamente tiene miedo de conseguir el
fin y de llevar a término la construcción? ¿No podría ser que sólo le guste ver
el edificio de lejos y no de cerca; que no le guste habitarlo, sino solo
construirlo, para dejárselo aux animaux
domestiques, tales como hormigas, cabrones, etc?
el dilema
Estaba parado en la nieve, procurando ver
por entre la oscura niebla, y pensaba en esto.
¿No es mejor, no es mucho mejor –imaginaba más tarde, ya en casa, apagando
con las fantasías el vivo dolor del corazón-, infinitamente mejor que cargue
para siempre con esta afrenta? (…) ¿Qué es mejor: una felicidad vulgar o un
sufrimiento elevado?
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