14 octubre 2011

'Somewhere': yo os declaro padre e hija

LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LABUTACA
por JOAN PAU INAREJOS
Nota: 8,5

¿Se puede ser padre y amante en la misma suite? Habría que hacer un monumento a Sofia Coppola (‘Lost in translation’, 2003), por explorar con tanta certeza y simplicidad, a veces con una sola escena, la lenta e inexorable disolución de los roles modernos. La joven directora que nos deslumbró en aquel Tokio melancólico ha vuelto a poner sus focos clarividentes sobre dos personajes que habitan sendos lindes biográficos. Si la megalópolis japonesa reunía las soledades de una joven estudiante y un actor otoñal (Scarlett Johansson y Bill Murray), esta vez estamos en el Hollywood dorado para asistir al reencuentro disfuncional entre un célebre actor divorciado y su hija de 11 años (Stephen Dorff y Elle Fanning): él, despidiendo la treintena y fumándose los últimos estertores de su juventud donjuanesca; ella, abandonando la infancia para entrar en las primera e incómodas revelaciones de la adolescencia.

Se ha dicho y es cierto: pocas veces el cine había retratado con tanta crudeza y desencanto el mundo vacío de sus propias estrellas. En este caso el de Johnny Marco, actor imaginario pero perfectamente tangible cuya vida tan lujosa como carcelaria nos deja postales para enmarcar: empezando por ese Ferrari tedioso que da vueltas y vueltas en un el valiente plano fijo inicial, hasta el baile de las gemelas strippers que recogen su barra con prosaica profesionalidad, pasando por el repentino ataque de sueño mientras hoza los bajos de una fémina o la elocuente imagen de su cabeza rebozada de yeso para que le hagan un molde, sin olvidar la fiesta que le organizan en su propia casa y donde nadie dirige la palabra al supuesto anfitrión y homenajeado. En el otro extremo, imposible no sentir vergüenza ajena ante esos patéticos aduladores que le tienden puentes de plata y alfombras rojas por doquier, esas macizorras que guiñan un ojo ambiguo al hombre o al mito, y de nuevo esa tristeza ante la lejanía idiomática, osada y franca desmitificación del multiculturalismo feliz que ya consagró 'Lost in translation' en su propio título.

En este mundo tan contraindicado para menores aparece la pequeña Cleo. Con un impresionante talento espontáneo, dichosamente alejado de histrionismos infantiles azucarados, Elle Fanning ('Super 8') borda su papel de princesa ingenua, de rosa extrañada en medio del páramo decadente de los adultos: vemos a la niña alborozada en la piscina de la suite, maravillada ante el show televisivo que le montan a su padre en Italia (mamachichos incluídas) o patinando sobre el hielo con una sonrisa virginal, bella escena que la cámara aguanta con admirable estoicismo. Y la vemos también conmovedoramente desconcertada ante un padre incapaz de ejercer su condición, más allá del tiovivo de lujos y caprichos con los que distrae a la tierna pupila durante las breves vacaciones compartidas. Sofia Coppola -quien sabe si tirando de autobiografía, a la sombra del totémico papá Francis- nos habla de una tragedia silenciosa y estrictamente contemporánea: la de los hijos convertidos en jarrones chinos, habitantes en tierra de nadie y peregrinos del afecto de sus propios progenitores.

Quizá no rebasa la perfección o la sensación de novedad de ‘Lost in translation’, y de hecho es inevitable recibirla como una ingeniosa remasterización de aquélla, pero 'Somewhere' vuelve a confirmar que nos hallamos ante una de las mejores paisajistas de nuestra infelicidad. Tiene muchos óleos por delante y ojalá nunca le dé por desmontar el caballete.




1 comentario:

Sose dijo...

Creo que sobrevaloras en exceso esos planos sostenidos que parece que nunca vayan a acabar. Fuera de eso, a parte de transmitir bien el mensaje, creo que la peli no tiene ninguna gracia más. Para mi le falta un hervor (o dos). Es aburrida y previsible. Y acabas con esa sensación de "ui, sí, qué mensaje tan realista me acaban de transmitir", pero igual con un cortometraje de un cuarto de hora ya habría sido suficiente. La típica peli en la que puedes ir al baño y hacerte unas palomitas sin darle al stop.