22 junio 2009

'Vacaciones de Ferragosto' o cómo reír con lo normal

LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
¿y tú qué opinas? ¿qué películas te han gustado últimamente?

por JOAN PAU INAREJOS

Nota: 8

Lo mejor. Desde el primer minuto, esta película se difruta como un fresco realista y maravillosamente tierno sobre todo aquello que hacen, sienten y hablan las abuelas cada vez que son aparcadas por sus respectivas familias. Y lo hace con argumento tan mínimo como original: un cincuentón del Trastevere romano a quien, literalmente, le toca hacer de canguro de cuatro viudas con el objetivo de poder sufragar sus propios gastos.

Sin ningún sentimentalismo, si ninguna magnificación -al contrario-, el director, protagonista y víctima del caso real que inspira la película, Gianni de Gregorio, nos va descubriendo las sensacionales individualidades seniles que pueblan el metraje. En primer lugar la madre de Gianni, una fantástica mamma emperifollada y extravagante que recibe a las inquilinas con una mezcla de recelo y cortesía aristócrata, y que en su camerino doméstico va llamando constantemente a su hijo para negociar cosas absurdas o para pedirle que le lea en voz alta y le diga "cómo era Dartagnan físicamente" (!).

Tras ella, Marina, la madre del administrador, una anciana corpulenta y vivaracha que protagoniza algunas de las escenas más hilarantes de la película con su ausentismo de adolescente, su tendencia a fumar y a beber e incluso sus vanas y otoñales tentativas ligonas. Completan el álbum la Tia Maria, un monumento a las abuelas estáticas y resignadas, y finalmente la avispada Grazia, que intenta sortear las prohibiciones de su hijo médico zampándondose la pasta cuando nadie la ve.

Las cuatro yayas, traviesas y caprichosas como chiquillas, en las antípodas de todos los géneros cinematográficos, conviven y argamasan sus mundos sentimentales, sus gustos y sus chascarrillos, sus recuerdos y sus prejuicios, frente a los esforzados servicios del sufrido Gianni, todo ello sin extremismos humorísticos ni narrativos, más bien como si colocasen una cámara en un piso real de la acalorada Roma de agosto. Inenarrable el despertar de Gianni, que, tras apenas dormir un cuarto de hora, ya oye el revoloteo de las chicas de oro desayunando y disfrazándose en la cocina.

Lo mejor es que, ni Gianni es un altruísta, ni las abuelas son tontas. Así nos lo certifica un final genial y desdramatizador, donde se da fe de hasta qué punto las personas pueden comprar sus momentos de felicidad sin que se acabe el mundo. Bravo por la finezza.

Lo peor. Y con todo, cabe advertir que, por ser tan sintética y ajustada, Vacaciones de Ferragosto tiene un peligro para el espectador: llegar al minuto 75 y que se te haya pasado.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Macho, de verdad, no sé si eres imbécil o es que estás así de trastornado por las drogas.

Esta película, que por cierto la sufrí ayer, es la cosa más estúpida y asquerosa que he visto en mi vida. No puedo entender qué estúpido subnormal ha podido crear -por no decir cagar- ese guión, ni que suicida ha puesto pasta para producir semejante truño.

Vista esta porquería, que menos mal que es breve porque sinó ya era para matarse de un cabezazo contra la butaca de delante, lo de "Desmontando a Paquirrín" va a ser un soplo de aire fresco.

Lo dicho, es una mierda descomunal, que no la aguantaría ni un catatónico. Debes estar mentalmente muy enfermo si te ha gustado esta oda a la gerontofilia y al patetismo humano.

Penosa, asquerosa, patética, absurda y vomitiva. Ah, y de comedia nada, es un drama en toda regla. ¡Qué asco!. Lástima de dinero y tiempo desperdiciados...

Gracias a esta película, comprendo un poco mejor a los asesinos de ancianas.