05 marzo 2006

La voz de mi amado


¡La voz de mi amado! Miradlo aquí llega, saltando por montes, brincando por lomas.


Es mi amado una gacela, parecido a un cervatillo. Mirad cómo se para, oculto tras la cerca, mira por las ventanas, atisba por las rejas.

Habla mi amado y me dice: «Levántate, amor mío, hermosa mía, y vente.

Mira, ha pasado el invierno, las lluvias cesaron, se han ido.

La tierra se cubre de flores, llega la estación de las canciones, ya se oye el arrullo de la tórtola por toda nuestra tierra.

Despuntan yemas en la higuera, las viñas en cierne perfumean. ¡Anímate, amor mío, hermosa mía, y ven!

Paloma mía, escondida en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, deja que escuche tu voz; porque es muy dulce tu voz y atractiva tu figura».

Cazadnos las raposas, las pequeñas raposas que devastan las viñas, porque nuestras viñas están en flor.
Mi amado es mío y yo de mi amado,que pasta entre azucenas.

Antes que sople la brisa,antes de que huyan las sombras, vuelve, amado mío, imita a una gacela o a un joven cervatillo por los montes de Béter.

Cantar de los Cantares 2, 8-17

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