27 agosto 2010

'Origen' (Incepcion): sudoku colosal

 
LA PELÍCULA EN LA MEJOR WEB DE CINE: LA BUTACA
por JOAN PAU INAREJOS 

Nota: 8,5 
Decía el conde de Lautréamont que la belleza es "el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas". Y el muy ibérico Ramón María del Valle Inclán remachó el asunto lanzando su "¡Maldición para quien no tenga el coraje de reunir dos palabras que nunca habían estado juntas!". Pues bien, ocurre que a veces, la belleza o la genialidad cinematográfica sobreviene también por la mezcla de elementos que nunca (o casi nunca) habían estado juntos; en jerga moderna se llama "llenar un nicho de mercado" y en jerga más del barrio, "parece fácil, pero hazlo tú". Parecía fácil,  en efecto, pero Cristopher Nolan, el aclamado reinventor de Batman ('El caballero oscuro'), ha tenido el coraje de reunir dos mundos tan archiconocidos por separado como son los sueños y la ciencia ficción. El resultado (hazlo tú) se llama 'Incepcion', traducido en español como 'Origen'.

En un triple salto mortal, con mucho de labia y trampantojo, la película imagina un futuro donde los servicios de inteligencia se dedican a espiar, ya no los datos, sino los sueños del prójimo, para extraer de allí secretos de interés (ya se sabe, el inconsciente es como el niño o el borracho, nunca miente), o incluso para introducir en los sueños, cual caballos de Troya, nuevas ideas que cambien el curso de los acontecimientos en la vida real. Antes que empecemos a pensar como se hace todo eso, Nolan ya ha montado el espectáculo: un viaje abracadabrante a las profundidades oníricas de un joven ricachón, donde Leonardo Di Caprio y todos sus asalariados tienen el cometido de manejar los cables del sujeto para que se decida (en la vida real) a disolver su emporio.

A partir de aquí, la película se convierte en un gran dispositivo barroco, donde los onironautas rastrean varios niveles o pisos del sueño (sueños dentro de los sueños), hasta llegar al tuétano inconsciente del sujeto, donde supuestamente se hallarán sus secretos mejor guardados. Como una mina o un yacimiento espeleológico, no todos los exploradores podrán bajar a la vez, sino que unos descenderán y otros deberán quedarse como guardianes de los estratos superiores. Además, la percepción del tiempo se irá dilatando, de modo que un segundo en la superficie podrán ser diez años en las profundidades.

Quién sabe si con este trepidante juego cinematográfico Cristopher Nolan se hace eco de la moderna teoría de las cuerdas (no hay un solo cosmos, sino varias realidades paralelas: un multiverso), el caso es que el director nos fascina con una narrativa que no habíamos visto hasta ahora: como unos tiempos están dentro de otros, en el instante que cae una furgoneta al agua unos exploradores deberán idear una estrategia en un hotel, y otros, en un nivel inferior, deberán encontrar una cámara acorazada en un agreste paisaje nevado, de modo que la acción va transcurriendo como un fractal en ramificación infinita.

Y agárrense los cinturones, porque en su afán por rizar el rizo con resultados pasmosos, Nolan adereza la mezcla de ciencia ficción y sueños con una tercera dimensión: un inquietante thriller psicológico donde Di Caprio, presunto profesional abnegado, verá su misión boicoteada por el fantasma de una persona del pasado, que le despierta remordimientos y revienta todos sus planes oníricos como temible villano del subconsciente. A 'Origen' no se le pueden negar ideas documentadas, y aquí acude la teoría del sueño lúcido, donde el soñador debe enfrentarse conscientemente a sus demonios y vencerlos simbólicamente ("si alguien le persigue en sueños, vuélvase y baile con él", dicen los terapeutas).

Lo diré con la boca pequeña, pero creo que 'Origen' reinventa el cine de fantasía mucho más que 'Avatar', con sus marionetas azules, e incluso que 'Matrix', con sus ralentizaciones de diseño. Cristopher Nolan lo hace reescribiendo muchas historias y pegando muchos recortes, como el más vanguardista de los collages cubistas. Y sí:  lo hace con continuas trampas y enredos, como el más imponente de los templos barrocos. 


Postdata: Leonardo di Caprio necesita un tratamiento de choque urgente, porque dos excursiones seguidas a los abismos de la locura como son 'Shutter Island' y 'Origen', eso no lo aguanta cualquiera. Entre todos podemos sufragárselo. 

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1 comentario:

Javi dijo...

Nota alta para una película que te mantiene despierto durante más de 140 minutos, eso en estos tiempos es difícil.

Hoy recomendaban la última de Karate Kid (que pereza), la última de Woody Allen (no será Match Point, pero tiene a Anthony Hopkins entre otros) y miedos 3D (dicen que es buena).

¿Qué debería ver mañana si voy al cine? Es una pregunta de verdad, alerta!