“Voltaire es de esas familias de espíritus libertinos y burlones que tienen sus antepasados en la Edad Media católica”
Los escépticos, los licenciosos, los demoledores de creencias conservan, hasta en sus descarríos y en sus impiedades, señales de su origen y de su educación primera, el tono de la sociedad a la que pertenecen. Voltaire es, sin duda, un pésimo católico, y Rousseau es muy reprochable en su confesión de fe calvinista, aun cuando quiere comulgar de manos de su pastor; pero Rousseau ha conservado el sello ginebrino, calvinista, y Voltaire es de esas familias de espíritus libertinos y burlones que tienen sus antepasados en la Edad Media católica, contra quienes la Reforma se ha hecho y que se perpetúan en los países católicos, como el carnaval en la Venecia de los Duces, como los epigramas y las canciones bajo el régimen de las cartas selladas, justamente porque la oposición y la crítica serias son atadas allí más de corto, En este sentido es permitido relacionar las formas de religión y las formas de irreligión que las acompañan en realidad, y que derivan de aquéllas por una reacción inevitable.
COURNOT, ‘Consideraciones sobre la marcha de las ideas y de los acontecimientos en los tiempos modernos’, citado en JOSÉ LUIS LÓPEZ ARANGUREN, ‘Catolicismo y protestantismo como formas de existencia, (1952)
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