“El catolicismo tendió a exaltar la ‘analogía’ entre el ser divino y el humano” frente a la “distancia infranqueable” protestante”
¿En qué se diferencian (…) los protestantes de los católicos por lo que se refiere a su talante religioso, a su sentimiento de Dios? (…)
Por una parte, ciertamente, la distancia del hombre a Dios es infinita. La criatura es polvo, miseria, nada. Y, sin embargo, esa miseria, esa nada es imagen de Dios. Acaso nadie ha vivido más plena y hondamente que San Juan de la Cruz esta síntesis de contrarios. Dios en inaccesible, pero alma puede acceder a Él. Sólo que este acceso sólo en una pequeña parte –vía activa- es obra del alma. La unión propiamente dicha –vía pasiva- la hace Dios. La afirmación de la mística es una de las notas esenciales del catolicismo, frente al protestantismo, de un lado, que abre un abismo infranqueable entre la criatura y el Creador, y el panteísmo, de otro, que no sabe distinguirlos. La relación católica del hombre con la Divinidad conjuga la idea de Dios como lo “totalmente otro” con la posibilidad de la deificación por la ‘unio mystica’ (…).
Y así, el cristianismo ha abrazado, en síntesis difícil y admirable, dos concepciones en puridad contrarias: la judía de la “distancia” infinita entre Dios y el hombre y la griega de la adoración al Hombre-Dios. Vistos a esta luz, cultos como los de los Héroes, semidioses y Césares, y sistemas filosófico-religiosos como el Euhemerismo y el Hermetismo, adquieren un sentido profundo. Por otra parte en Grecia se alcanzó también la noción de ‘soteriología’ perfeccionada luego por la cristiana ‘redención’. Los ‘Theoi Soteres’ toman gran importancia en la época helenística. En fin, el culto de los ‘genios’ y ‘demonios’, afín al de los ángeles, corrobora la comunicabilidad de cielos y tierra (…).
El catolicismo de la Contrarreforma –por influjo de la concepción humanista del Renacimiento y oposición al protestantismo- tendió a exaltar la ‘analogía’ entre el ser divino y el humano; el catolicismo actual –por la situación actual (“existencialista”) de crisis, menesterosidad y culpa por influencia del protestantismo- propende (…) a padecer el desgarrón de la heterogeneidad.
JOSÉ LUIS LÓPEZ ARANGUREN, 'CATOLICISMO Y PROTESTANTISMO COMO FORMAS DE EXISTENCIA' (1952)
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